Bastaron dos partidos y dos victorias en la Eurocopa y la Italia del fútbol ya conquistó a todos los italianos, que vuelven a soñar como en los Mundiales de 1982 y 2006. Les gusta la intensidad y el compromiso de los jugadores y de su entrenador pero , en un país dividido más allá de lo imaginable, también se agradece el sentido de trabajo en equipo y unidad que Antonio Conte ha sabido transmitir a todos. También se agradeció su invitación a la afición a presentarse en los próximos partidos con la camiseta azul para teñir el estadio de un color apreciado por todo el país.
Después de la victoria de Bélgica por 3-0 sobre Irlanda, Italia es matemáticamente primera de su grupo y se prepara para enfrentarse a España o Croacia en los octavos de final. Pero primero está la última jornada del grupo contra Irlanda. Para esta ocasión, Conte ha apostado por una gran rotación para dejar jugar a toda la plantilla y dar un respiro a los mejores jugadores.
Es probable que Sirigu ocupe el lugar del capitán Buffon en la portería y que en defensa Ogbonna, De Sciglio y quizás Darmian den un respiro al bloque de la Juve. Thiago Motta debería hacerse cargo del centro del campo en lugar de De Rossi y debería estar acompañado por Sturaro y Parolo.
Bernardeshi y El Shaarawi deberían debutar por las bandas, también teniendo en cuenta la leve lesión de Candreva. En ataque, la pareja Immobile-Zaza, que fueron propietarios en la primera fase de la gestión de Conte. Pero el Insigne napolitano seguramente hará su debut durante el partido contra Irlanda.
