Jens Weidmann, gobernador del Bundesbank, reiteró su "no" a una ampliación de los poderes del BCE en la financiación de los gobiernos, a través de una "colaboración" con el fondo de rescate. En la entrevista con Les Echos, Weidmann afirmó que la contribución del Banco Central Europeo a la actividad de la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera debe seguir estando "categóricamente" limitada al apoyo técnico.
En este sentido, continúa la re-proposición de la política de "rigor" alemana en el ámbito europeo: el reiterado "no" a los eurobonos de la canciller Merkel; el límite a la compra, por parte del BCE, de los bonos de los estados endeudados, expresado por el vicecanciller Philipp Roesler y, por último, las afirmaciones del número del Bundesbank, sobre la injerencia no "excesiva" del BCE en la institución responsable para rescatar a los países endeudados.
Alemania continúa así con su "cruzada ideológica", según la cual las intervenciones destinadas a resolver la crisis de la deuda nacional con la producción de nueva deuda europea, aunque estén garantizadas por instituciones más fuertes y participativas, no deben considerarse óptimas. En este escenario, el riesgo y la "sensación", que poco a poco va ganando terreno en la opinión pública europea, es que Berlín está utilizando al BCE para canibalizar las economías de los países europeos más débiles.
