Del cosmopolitismo multiétnico al aislamiento total, cerrado y oscurantista. A pocos días del anuncio del inicio de las conversaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, prevista para los primeros meses de 2017, la ministra del Interior británica, Amber Rudd, presenta una impactante propuesta en el marco del congreso anual del partido conservador. .
La anticipación publicada esta mañana por el Times de Londres se vio confirmada por las palabras pronunciadas por Rudd frente a su partido: "Hay demasiados trabajadores extranjeros en Gran Bretaña". No solo eso, porque los estudiantes extranjeros también serían el problema. Ambas categorías quitan trabajos, espacio y recursos a los británicos de pura sangre, según Rudd. Por esta razón, el Reino Unido debería utilizar la vía dura para poner fin a la libertad de circulación de trabajadores y estudiantes.
La receta de Rudd que asombró al Reino Unido es simple. Según ella, hay que "avergonzar" a las empresas que prefieren contratar extranjeros, obligándolas a publicar listas de trabajadores divididas por nacionalidad. ¿El propósito? Presionar a las empresas para que den prioridad a la mano de obra nacida en el Reino Unido.
Una propuesta que ya ha despertado protestas unánimes. El Partido Laborista ha hablado de "peligrosa xenofobia", mientras que la Confindustria británica y el City presagian el hundimiento de la economía nacional en caso de que tal propuesta se haga realidad.
