En julio, el índice de confianza del consumidor británico registró la peor caída mensual en 26 años colapsando por 11 puntos a -12. De hecho, para encontrar una cifra tan negativa es necesario remontarse a 1990.
El subíndice más afectado se refiere precisamente a las perspectivas de la situación económica en los próximos 12 meses, que incluso descendieron 19 puntos hasta -33. También hubo un fuerte retroceso en el dato de intenciones de compra de bienes duraderos, que cayó 11 puntos hasta -2, mientras que la estimación de la situación financiera personal para los próximos 12 meses registró una disminución de 9 puntos hasta -1.
A nivel territorial, los más pesimistas parecen ser los consumidores de Gales (-21 puntos). Un resultado sorprendente si se tiene en cuenta que la mayoría de la población residente en el país se ha manifestado a favor del Brexit. Malas perspectivas también para los habitantes del norte de Inglaterra (-18 puntos) y Escocia (-14 puntos) que habían votado a favor de permanecer. La caída en el centro de Inglaterra (-3 puntos), a favor del divorcio de la UE, fue menos marcada.
