A fines de junio, había 342 mil automóviles de todas las marcas en los estacionamientos de los concesionarios brasileños, equivalente a 33 días de ventas. Para evitar superar el límite considerado crítico para el sector, 35 días, algunas empresas tendrán que reducir el ritmo de producción.
La primera casa que tomó una decisión al respecto fue Fiat, que otorgará una semana de vacaciones colectivas en la fábrica argentina donde se producen los modelos Siena vendidos en Brasil. Si persiste la necesidad de frenar la producción, es posible que incluso cierre la planta de Betim en Brasil durante una semana este mes o en agosto.
La industria automotriz de Brasil finalizó los últimos seis meses con un crecimiento de la producción del 4,1% y ventas récord de 1,73 millones de vehículos. Sin embargo, empieza a preocupar el elevado número de coches que se acumulan en los almacenes de las fábricas y de los concesionarios.
“Después de 35 días de existencias, los costos de las empresas comienzan a verse significativamente afectados”, dijo el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), Cledorvino Belini. Según Belini, la gran cantidad de marcas que compiten en el mercado explica en parte el alto stock.
Pero los otros grupos en el mercado, incluidos Ford, General Motors y Volkswagen aún no tienen previstas medidas de este tipo.
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