Se congelan las ventas de automóviles en Europa; en América, a pesar de la reciente recuperación, todavía están muy por debajo de los niveles de los primeros años del siglo. Pero en Brasil los autos vendidos en el último año establecieron un nuevo récord. Los 3,8 millones de automóviles adquiridos por los brasileños marcan un aumento del 4,65% en comparación con 2011 (que también había establecido otro récord). Como consuelo para Fiat, la marca italiana es la primera del mercado, con un 23,1% de cuota, seguida de Volkswagen (21,1), GM (17,7) y Ford (8,9).
Parte de este buen desempeño se debe a los estímulos fiscales: El IPI (impuesto sobre productos industriales) se ha reducido o cancelado de diversas formas, y los plazos de este incentivo se han renovado en varias oportunidades. También se han hecho más acomodaticias las condiciones de financiación, tanto en la bajada de tipos orquestada por la política monetaria como en diversas promociones a tipos aún más favorables.
Por otro lado, las motos sufrieron, ya que quedaron excluidas de los incentivos, mientras que el crédito no fue tan generoso; debido, dicen los bancos, a la elevada tasa de insolvencia de los préstamos para la compra de vehículos de dos ruedas.
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