Después de algunos días negativos, los mercados asiáticos abrieron la semana con un modesto repunte, ya que los problemas del banco portugués Espiritu Santo parecen haber disminuido y las expectativas de ganancias del segundo trimestre en América y Asia se vuelven cautelosamente optimistas (en EE. UU., aproximadamente 150 empresas reportarán ganancias en las próximas dos semanas); las estimaciones de los analistas muestran un aumento de los beneficios (durante el año) del 4,5 % y de los ingresos del 3,1 %. Sin embargo, ambas estimaciones se han reducido en comparación con un 7,3% y un 3,7% anteriores (principios de abril), respectivamente.
El índice regional MSCI Asia Pacific sube un 0,4%: registra un p/e de 13,3 frente al 16,6 del S&P500. En Tokio, el Nikkei subía un 0,8% a media jornada y la bolsa china (Shanghai-Shenzen) un 0,3%. El euro está más o menos estable, a 1,36 frente al dólar y el yen a 101,4. El metal amarillo está justo por debajo de los máximos recientes, en 1334 $/onza (Goldman Sachs reiteró un juicio a la baja), mientras que el petróleo cae con fuerza y registra 100,6 (WTI): los rebeldes del este de Libia se han comprometido a mantener abiertas las terminales de exportación de crudo.
