Esta semana la posible zancadilla de Palladio a Mediobanca en la operación Unipol-Fonsai está cobrando protagonismo en Piazza Affari y no solo. Con su bombardeo la empresa dirigida por Marco Drago y Roberto Meneguzzo, que comunicó la semana pasada la compra del 2,2558% del capital social de Fonsai, empuja esta mañana a las acciones de la aseguradora hacia una espectacular nueva subida en Bolsa (+12% una hora después del inicio de la cotización).
Alberto Nagel, director general de Mediobanca, y Fabrizio Palenzona, diputado en Piazzetta Cuccia y en Unicredit, no se tomaron bien la intromisión. Precisamente, sus empresas han filtrado en los diarios "evidente irritación" por la novedad. Una actitud que, en tono y contenido, explica más que mil libros o conferencias el carácter bloqueado de nuestro capitalismo. “Aquí el poder importa más que el dinero si lo tienes, entonces haces el dinero”, escribió esta mañana Salvatore Bragantini en el Corriere della Sera en un comentario, en realidad un poco escondido, que equilibra las intervenciones pro Mediobanca de la publicación. Bragantini se vuelve a preguntar: “¿Cuál es la culpa de Palladio? No será ella quien complique el tema Antimonopolio: si ella tiene un pie en Generali, Mediobanca lo tiene todo”. De hecho, la empresa con sede en Vicenza es socia de la Fundación Crt (accionista número uno de Unicredit), la caja en la que está estacionado aproximadamente el 4% de Generali.
Es fácil predecir que la rudeza de Fonsai también tendrá consecuencias en el balance de la empresa de Trieste. Pero, ¿qué papel puede jugar realmente Palladio? Para el banco mercantil Triveneto, que tiene aproximadamente 200 millones en efectivo, no es nada imposible construir una posición destacada en la compañía que capitaliza solo 440 millones de euros. Además, Palladio, que ha invertido algo más de 2,25 millones para hacerse con el 9% de la participación, podría movilizar a otros inversores en torno al proyecto, entre ellos el fondo Sator, Clessidra y 21 Investimenti.
