El Banco de Inglaterra elevó las tasas de interés por primera vez en más de 10 años del 0,25% al 0,50%. Se trata de un paso atrás respecto al recorte realizado en agosto de 2016 para hacer frente al susto por la victoria del voto "Leave" en el referéndum del Brexit con un aumento de la liquidez. Desde entonces, sin embargo, la libra se ha depreciado, provocando un aumento de la inflación que ha ayudado a impulsar al BoE a subir los tipos.
Sin embargo, la decisión no fue unánime: los dos gobernadores, Jon Cunlikke y Sir Dave Ramsden, de hecho votaron para dejar el costo del dinero sin cambios. Poco antes del anuncio, Lee Wild, director de estrategia de renta variable de Intercative Investor, advirtió que una subida de tipos perjudicaría la ya frágil confianza de los consumidores del Reino Unido.
El BoE, por otro lado, mantuvo sin cambios su flexibilización cuantitativa de £435 mil millones y £10 mil millones de libras de compras de bonos corporativos.
