2018 ha sido hasta ahora un año para olvidar para las criptomonedas. En particular para la reina del sector, que ha perdido un 70% desde los máximos alcanzados en diciembre pasado, hasta rondar los 6 mil dólares. Peor aún fue el índice compuesto que resume el desempeño de las 10 principales monedas virtuales, que se desplomó un 80% en el mismo período (incluso peor que el -78% registrado por el Nasdaq en 2000, luego de la burbuja de la economía de internet).
Ese 10% de diferencia se explica principalmente por el desplome registrado en las últimas semanas por Ethereum, la segunda criptomoneda por capitalización, que en las últimas sesiones ha bajado hasta los 170 dólares, el mínimo en 15 meses. Una auténtica debacle si se tiene en cuenta que hace apenas 10 meses el valor había alcanzado un máximo de 1.400 dólares.
¿Cómo explica este aluvión de ventas sobre todo el sector? Gran parte es una reacción al exceso de euforia del año pasado. En otras palabras, la criptoburbuja ha estallado y el mercado ha optado por reducir su tamaño, también debido a la presión de la SEC, que en los Estados Unidos controla cada vez más los instrumentos financieros conectados directa o indirectamente a las criptomonedas.
La elección de la estadounidense Consob no es casual y, de hecho, según muchos, es incluso tardía, teniendo en cuenta que en los últimos siete años los ataques cibernéticos y la manipulación del mercado han costado a los inversores 2,3 millones de dólares.
