El riesgo es más que concreto: si para mañana, 12.01 en Washington, demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo sobre el presupuesto federal, el llamado "cierre“, o el cese de actividades gubernamentales.
El Ejecutivo Federal necesita la autorización del Congreso para poder gastar sus fondos: sin ella, se verá obligado a cerrar todos los servicios nacionales considerados no esenciales (todos excepto el orden público y la seguridad nacional), dejando más de un millón en el estado de origen empleados.
Sin embargo, el acuerdo parece muy lejano. El principal punto de discusión es el obamacare, la reforma sanitaria deseada por el presidente Barack Obama, pero rechazada por la Cámara, de mayoría republicana, que dejó de financiar la intervención. En el Senado, ahora, los demócratas darán batalla, mientras que el final del año fiscal está muy cerca.
I numéricamente del "cierre" son impresionantes: entre las agencias federales, la más diezmada sería la NASA, que vería al 97% de sus empleados en licencia sin goce de sueldo. Los empleados de la agencia ambiental (94%), los del Ministerio del Interior (81%) y los del Departamento de Transporte (33%) también se vieron muy afectados.
En el último precedente, durante la era Clinton, el "cierre" duró menos de un mes, entre el 16 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.