Bernabè se relanza sobre el gas: nueva tecnología para el hidrógeno verde

Las renovables «son la primera respuesta cuando se entiende que la rapidez con la que se está acumulando el CO2 en la atmósfera sin duda traerá consecuencias inesperadas. Al principio estaban fuera del mercado y subvencionados, luego el costo bajó. La región de Asia Pacífico ha instalado más de la mitad de las renovables del mundo y gracias al efecto de escala los costes han disminuido un 50% en los últimos cinco años. Bastaba aumentar la producción y mejorar la tecnología para obtener enormes beneficios. Sin embargo, los límites son conocidos: se necesitan espacios enormes y hay discontinuidad en la producción».

Es uno de los pasajes significativos de la entrevista con Franco Bernabè, presidente de Acciaierie d'Italia (antes Ilva), con el Corriere della Sera el martes 11 de enero. Bernabè conoce el mundo de la energía a la perfección, tras su larga experiencia al frente de Eni, y fija algunos puntos además de adelantar algunas novedades: una nueva tecnología de craqueo de gas, capaz de producir hidrógeno verde, sin emisiones de CO2.

La transición energética ha comenzado pero ¿será posible o no prescindir de los hidrocarburos? “El petróleo, es la respuesta, seguirá siendo necesario sobre todo para la química. Y el gas es el más reciente de los combustibles fósiles, con menores emisiones de CO2 y considerado hasta hace poco como la fuente de transición para los próximos cien años». El tiempo para reducir de forma decisiva el calentamiento global es corto, reconoce Bernabè, pero “el gas natural tiene dos características: sobra para cientos de años; y se presta con un proceso de craqueo a la separación atómica del hidrógeno del carbono, para producir hidrógeno sin emitir CO2».

Por lo tanto, es una nueva tecnología que la ex Ilva está explorando junto con el premio Nobel Carlo Rubbia y el Politécnico de Milán. «Hubo algunos problemas de ingeniería – explica el presidente de Acciaierie d'Italia – pero el Premio Nobel de Física Carlo Rubbia y los investigadores del Politécnico de Milán sostienen que se pueden solucionar. Carlo Mapelli del Politécnico de Milán, quien es director de Acciaierie d'Italia, está trabajando en una tecnología similar pero con un proceso diferente. El gas puede ser transportado a plantas siderúrgicas, donde puede tener lugar el proceso de craqueo por pirólisis o catálisis».

Todo esto requiere inversiones y aún llevará tiempo pero el proyecto, afirma Bernabè, “puede ser una de las muchas soluciones que aporte. Solo digo que no se puede pensar en abandonar los combustibles fósiles, con el potencial de innovación aún dentro. Cuando un problema es complejo, la mente humana puede resolverlo si se aplica a él. En cambio, si abordamos el tema de la transición energética como una guerra de religión, entonces nos perdemos».

Bernabè cree que no se pueden alcanzar los plazos europeos más próximos en el ámbito de las renovables y el CO2. De ahí la importancia, en el campo de la energía, de desarrollar una amplia gama de soluciones sin cerrar a priori las puertas. Bernabè no toca el tema de la energía nuclear, una de las opciones que actualmente está examinando la taxonomía europea altamente divisiva (así como la opción sobre hidrocarburos), tanto que los contrastes entre los distintos países bloquean las decisiones.

Chicco Testa también ha intervenido en los últimos días sobre el tema de la transición energética con un artículo en el Foglio, relanzado vía Twitter por Assoambiente. Testa también señala lo inútiles y dañinas que son las guerras ideológicas por la energía.