Si el escándalo de las desigualdades sociales debe llevar a colocar una política digna de ese nombre en el primer lugar de las prioridades, para derrotar la desigualdad no sólo de palabra es necesario ante todo generar crecimiento económico. Pero sobre esto tanto la derecha como la izquierda hablan lenguajes diferentes y contradictorios. Esto es lo que afirma el historiador de la filosofía Giuseppe Bedeschi en el "Corriere della Sera" de hoy, que significativamente se titula "Juntos contra la desigualdad, las mejores partes de la izquierda y la derecha".
La buena voluntad no es suficiente para impulsar el crecimiento económico, pero -señala Bedeschi- “necesitamos romper los vetos de los grupos privilegiados y las corporaciones que se aferran a sus posiciones de ingresos”. Al fin y al cabo, para crecer sería necesario reducir significativamente los impuestos sobre el trabajo y las empresas, pero para financiar la bajada de impuestos sería necesario recortar el gasto público improductivo: pero ¿por dónde y por quién se parte?
"Es necesario reducir la bonificación excesiva -explica Bedeschi- que, en Italia hoy, va a la antigüedad: en la escuela, en la justicia, en la administración pública, uno progresa en la carrera no por mérito sino por antigüedad y este criterio antidemocrático bloquea seriamente la movilidad social y dio a luz a una sociedad cerrada y corporativa como la nuestra”.
Por eso, para desquiciar al bloque conservador sería necesario unir las fuerzas mejores y pensantes de derecha e izquierda.
