Para Monte dei Paschi, el examen aún no ha terminado, pero después de las numerosas vicisitudes de los últimos meses, el camino podría ser cuesta abajo. En cambio, para llegar a una solución sobre los bancos del Véneto, tendremos que esperar el veredicto de la Comisión Europea, incluso si la fusión podría ser la respuesta a las dificultades de hoy.
Este es el resumen de lo declarado hoy por la titular del organismo europeo de control, Danielle Nouy, durante la rueda de prensa anual en Frankfurt sobre la actividad de la nueva autoridad de la Unión Europea.
En cuanto a Mps, Nouy utiliza palabras que en Siena suenan a garantías: “La sentencia de solvencia es el punto de partida para la recapitalización cautelar por parte del Estado. Ya está hecho, de lo contrario no estaríamos aquí para hablar de ello”.
Sin embargo, en el caso Monte dei Paschi, según se ha explicado, ha habido y sigue habiendo un diálogo constante con Bruselas. Sobre la recapitalización –concluyó Nouy–, “espero una pronta respuesta de Bruselas”.
En cambio, el camino hacia la salvación de los bancos del Véneto es más complicado: “Ya hemos compartido la información con la Comisión Europea. La pelota está en manos de Bruselas. No es ningún secreto que han pedido una recapitalización preventiva. Estamos intercambiando información y el plan incluye la posibilidad de una fusión".
Pese a ello, el responsable de Supervisión del BCE no cierra la puerta a un posible acuerdo: "Tras la recapitalización cautelar, en este contexto, hay un plan que podría implicar a particulares", es decir, el Fondo Atlante, que sin embargo no parece estar en la actualidad. demasiado inclinado a financiar el rescate de los dos venecianos.
Mientras tanto, los ojos siguen puestos en la fecha límite de mañana, 28 de marzo, día en que expira la oferta de liquidación de accionistas de Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca, dentro de los cuales la alta dirección de las dos instituciones espera alcanzar el objetivo del 80% de adhesión a la propuesta que prevé un pago en efectivo contra la renuncia a acciones legales contra los bancos. Solo tras el cierre de la operación los ayuntamientos podrán calcular exactamente cuánto dinero se necesita para la ampliación de capital que debería rondar los 5 millones en total.