La banca central europea y Banco de Inglaterra guardaron tipos de referencia sin cambiosrespectivamente en 0,25% (mínimo histórico alcanzado en noviembre) y 0,5%.
La decisión está en línea con las expectativas de los mercados y los analistas, incluso si una minoría de expertos había apostado por un recorte en la zona del euro al 0,10 %, a raíz de nuevas ralentizaciones de la inflación.
Los datos preliminares de enero señalaron una nueva e inesperada desaceleración del costo de vida, al 0,7%. Un valor cada vez más alejado del objetivo oficial de la institución, que apunta a una inflación por debajo pero cercana al 2% de media para 18-24 meses.
Los mercados también están a la espera de indicaciones sobre nuevas medidas de carácter extraordinario: en particular, la posibilidad de realizar nuevas inyecciones de liquidez a los bancos. Esta vez, sin embargo, los préstamos vendrían con la obligación de utilizar los fondos, al menos en parte, para financiar la economía real.
Finalmente, recientemente han estado circulando rumores sobre otra hipótesis, la de suspender la esterilización monetaria de pasadas compras tranquilizadoras de bonos del Estado (el antiguo programa Smp). Una medida similar implicaría inyecciones de liquidez de aproximadamente 180 millones, que afectarían a los países más afectados por la pasada crisis de deuda pública, entre ellos Italia.
