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Bcc, Luiss: la autorreforma basada en el grupo único distorsiona el crédito cooperativo

CONFERENCIA LUISS – Según Capriglione (Luiss, ex Banco de Italia) la reforma de los CCB basada en la concentración en una única empresa matriz corre el riesgo de borrar la naturaleza misma de los bancos de crédito cooperativos y exponerlos a presiones competitivas insostenibles – Para Rainer Masera, Europa, al contrario de EEUU, está destruyendo a los pequeños bancos.

Bcc, Luiss: la autorreforma basada en el grupo único distorsiona el crédito cooperativo

Unirse sí, pero ¿cómo? En vísperas de la reforma de los CCB anunciada y repetidamente aplazada por el Gobierno, la conferencia del miércoles pasado promovida por la Fundación Capriglione y la Universidad Luiss de Roma radiografió el proyecto de reforma presentado por Federcasse, la asociación comercial que agrupa a la mayoría pero no todos los bancos mutuos. Y lo hizo a partir de un informe introductorio del profesor Francesco Capriglione, exprofesor de Luiss y responsable del servicio jurídico del Banco de Italia, cuyo texto íntegro se adjunta, y de la posterior mesa redonda a la que asistió el exministro Rainer Masera y los académicos Mirella Pellegrini, Antonella Sciarrone Alibrandi y Marco Sepe.

Todos están de acuerdo en la necesidad de fortalecer los activos de los bancos mutuales, mejorar su gobernanza, eliminar los conflictos de interés y defender y mejorar su carácter mutualista y sus raíces locales y, por lo tanto, en la oportunidad de fomentar los procesos de agregación entre los bancos mutuos, pero aquí es el punto – es necesario verificar si los objetivos declarados están realmente conciliados con las herramientas y con las soluciones propuestas. Según Capriglione, el proyecto Federcasse, que se basa en la agregación de las CCB en una única empresa matriz en forma de spa bancario pero que aún no sabemos si el Gobierno implementará en su decreto y en qué medida, no corresponden a los objetivos comunes de la reforma y corren el riesgo de causar un daño irreparable al sistema de crédito cooperativo.

La concentración de los 360 bancos mutualistas italianos en una sola empresa matriz corre el riesgo de eliminar la naturaleza mutualista de los bancos mutuos y la centralidad del accionista y establecer una distancia entre la propia empresa matriz y la realidad básica de los bancos mutuos que oscurecería los lazos con el territorio, que han sido siempre un punto fuerte del sistema de crédito cooperativo. Pero, según Capriglione, existe otro riesgo que trae consigo la centralización de la estructura de los CCB prevista por el proyecto Federcasse, a saber, el de dar vida al tercer grupo bancario italiano pero con una dotación de capital tan insuficiente y con conocimientos qué gran banco tan deficiente como para crear un gigante con pies de barro exponiéndolo a las presiones competitivas insostenibles de bancos de mucho más nivel como Intesa Sanpaolo y Unicredit.

¿Cuál es entonces la solución? Capriglione propone favorecer las agregaciones entre las CCB en los polos regionales, imaginando así salvaguardar mejor su carácter cooperativo y el vínculo con el territorio. En el debate también se planteó una tercera hipótesis, distinta de la agregación nacional y la agregación regional, y es dejar que las mutuas decidan libremente cómo fusionarse siempre que respeten los requisitos y criterios esenciales en términos de capitalización, activos tangibles totales, inversión , gobernanza y presencia local. Una tercera vía que permitiría responder adecuadamente a una incógnita que pesa mucho sobre toda la reforma, como son las alternativas que se contemplan para las CCB que no se plantean incorporarse al grupo único denominado Federcasse, que a su vez indica a el considerar sólo la alternativa obligada de la transformación en banco popular o sociedad anónima con la paradoja de allanar el camino para una probable lluvia de pequeños bancos populares de nueva creación. 

¿Cuál es el resultado final de la reforma de las CCBs, que según Rainer Masera hubiera sido mucho más adecuado preceder con un amplio debate sobre el tipo de banco a construir y su relación con las orientaciones que se van planteando en el seno de la Comunidad, es el futuro mismo de la banca local en un país caracterizado más por las pequeñas y muy pequeñas empresas que por las medianas y grandes empresas lo que nos debe hacer reflexionar.

Ha sido el propio Masera quien ha señalado que, mientras Estados Unidos es perfectamente consciente de que el sistema bancario no puede centrarse únicamente en los grandes bancos, lejos de la asunción de riesgos, y que en su lugar hay que defender y valorar el sistema de los pequeños bancos, Europa parece moviéndose en la dirección opuesta y con su regulación bancaria abstrusa, burocrática y bizarra parece un tren desbocado que, quizás sin saberlo, se dirige hacia la destrucción de los pequeños bancos, incluidos los de los Landers alemanes.

Por supuesto, no puede ser un solo país el que invierta la tendencia de una Europa que parece haber tomado orientaciones contradictorias y contraproducentes, especialmente en lo que respecta a los bancos, pero, a partir de la reforma de los BCC que el gobierno de Renzi ha impuesto la agenda, sería el momento de abrir una reflexión amplia sobre el tipo de bancos que queremos y sobre la relación entre bancos, sistema financiero, empresas y ahorros en la Europa que viene, antes de que sea demasiado tarde y se tomen decisiones irreparables hecho. 

En el ámbito bancario, lo pequeño no siempre es bonito o, mejor aún, lo pequeño es bonito si crece de forma sana, pero las noticias nos recuerdan cada día que, desde Lehman Brothers hasta Deutsche Bank, un sistema bancario formado únicamente por gigantes es más que una apuesta.


Archivos adjuntos: Informe Capriglione – 4 de febrero de 2016.pdf

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