“Apoyaremos activamente la Tasa Tobin”, el impuesto sobre las transacciones financieras que Bruselas pretende poner en marcha en Europa. Así lo aseguraron José Manuel Barroso y Herman Van Rompuy, presidente de la Comisión Europea y presidente del Consejo de la UE respectivamente, en una carta dirigida a los líderes de los 27 países de la Unión de cara al G20 previsto en Cannes en menos de un mes.
“Estamos convencidos –continúan Barroso y Van Rompuy– de que la adopción de medidas similares por parte de los socios del G20 podrá ayudarnos a todos a enfrentar los desafíos globales”. Los socios europeos del G20, observan los líderes de la UE, “tienen la impresión de que, si Europa no resuelve la crisis de deuda soberana que le afecta actualmente, la economía mundial sufrirá graves repercusiones.
Depende de nosotros demostrar que la UE está decidida a hacer lo que sea necesario para superar las dificultades actuales”. En este sentido, se decidió el aplazamiento del Consejo Europeo del 17 al 23 de octubre para permitir "finalizar la estrategia global sobre la crisis de la deuda soberana en la Eurozona -explica Van Rompuy en un comunicado-, una estrategia que incluye una serie de aspectos correlacionados ”.
