La confirmación vino directamente de José. Manuel Barroso: “Italia – reveló el presidente de la Comisión Europea desde Cannes, donde está en marcha el G20 – decidió por iniciativa propia solicitar al Fondo Monetario Internacional que supervise sus esfuerzos de reforma fiscal y económica“. Esto resuelve una historia de detectives que tuvo lugar en Cannes durante varias horas, en medio de filtraciones de prensa y rumores de funcionarios. Según Barroso, nuestro país ha dado un “paso importante. En las próximas semanas, monitorearemos la situación de Italia y su capacidad para cumplir con sus compromisos. Es importante para todos los países miembros de la UE”.
El portugués precisó entonces que la próxima semana él mismo viajará a Italia con este fin, junto con algunos representantes del Fondo Monetario Internacional. Palabras que suenan cuanto menos inesperadas, considerando las numerosas dudas que han surgido en la delegación italiana respecto a la oportunidad de aceptar lo que a los ojos del mundo aparece como una especie de comisario.
Sin embargo, incluso el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, confirmó que en realidad la solicitud de dicho tratamiento provino directamente de nuestro país: “Italia – subrayó el belga – invitó al FMI a verificar trimestralmente, en coordinación con el ministro de Economía, Giulio Tremonti, la implementación de las medidas. Pero, sobre todo, le ha dado a la UE una misión para verificar las medidas en detalle y para supervisar la implementación de estas medidas. Todo esto es sumamente importante para la credibilidad de las medidas anunciadas”.
