El grupo Barilla cierra 2012 con una facturación superior al 2%, hasta los 3,996 millones de euros, pero también con un beneficio neto inferior al 21,1% anual, hasta los 60 millones. El EBITDA recurrente cae un 9,2% hasta los 433 millones.
“Podemos decir que estamos satisfechos con los resultados de ventas, teniendo en cuenta el escenario macroeconómico en el que operamos, pero hay que explicar la caída de las ganancias – comentó el presidente Guido Barilla -. El grupo ha decidido no repercutir los costes de los incrementos de materias primas al consumidor. Además, ha seguido invirtiendo en calidad para reducir el impacto de lo que produce en el medio ambiente. Y esto obviamente tiene un impacto en la cuenta de resultados”.
La deuda financiera neta se redujo a 574 millones, frente a los 688 millones de 2012, y equivale aproximadamente a 1,3 veces el EBITDA. "Ahora tenemos una posición financiera sólida, somos mucho más sólidos que hace unos años", señaló el director gerente Claudio Colzani.
La gestión operativa, se explicó hoy, se vio afectada en 2012 por la continuación de la recesión mundial, que fue particularmente aguda en Italia, donde Barilla logró el 40% de su facturación, con una reducción del 3% en los volúmenes de ventas el año pasado.
Para 2013, anticipó Colzani, el grupo prevé un crecimiento de la facturación del 3-4% en términos de valores y del 4% en términos de volúmenes, con un aumento del Ebitda del 12,5%. En otras palabras, una confirmación de la tendencia que ya se ha manifestado en los primeros cuatro meses del año. En particular, se espera un crecimiento del 2% en Europa (pero con Italia aún por debajo del 2%), 10% en América y 11% en Asia.
