"Los indicadores recientes muestran una mejora gradual" y "las señales ahora son que la contracción" de la economía "está llegando a su fin": la caída de la producción "debería detenerse en los próximos meses". Lo dijo el número uno del Banco de Italia, Ignazio Visco, hablando en una conferencia del Iai.
Sin embargo, según el gobernador, "el momento y la fuerza de la recuperación son todavía muy inciertos", ya que "los riesgos a la baja de este escenario se ven acentuados por las preocupaciones de los inversores sobre una posible inestabilidad política".
A pesar de la larga recesión y de la crisis de la deuda soberana, los bancos italianos han mostrado hasta ahora una "buena resiliencia", subrayó de nuevo Visco, aunque "serias dificultades están afectando ahora a un grupo de bancos medianos y pequeños" debidas, entre otras, a la "menor diversificación de riesgos e ingresos", de la "débil propiedad" y de las "estructuras de gobierno corporativo", que pueden haber complicado "el fortalecimiento del capital y la adaptación de los modelos de negocio".
