Cuarto año consecutivo de pérdidas en 2011 para el Royal Bank of Scotland que ha visto empeorar sus resultados en el último año respecto a 2010. Los pasivos se acercaron a £ 2 mil millones (aproximadamente 2,3 millones de euros), un 44% más que los 1,12 millones de 2010. El impacto negativo fue la devaluación de los bonos del gobierno griego que afectó a muchos otros prestamistas europeos.
El banco, después de entrar en crisis en 2008, estuvo bajo el escrutinio público luego de un rescate costoso y criticado. La cura no parece haber tenido los efectos deseados, tanto que las perspectivas para 2012 han sido definidas como negativas por el propio banco. Allá división de banca de inversión, regresando de un apretón muy duro en el empleo y las bonificaciones, vio caer sus beneficios en un 58%.