Las reglas del juego podrían volverse menos duras de lo esperado para los bancos internacionales. El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, que tiene la tarea de establecer los nuevos requisitos de capitalización que se impondrán a las entidades de crédito, estaría trabajando en un sistema regulatorio más flexible que el previsto inicialmente.
Así, el rostro de Basilea III podría adoptar una expresión más tranquilizadora. En detalle, según los rumores difundidos hoy por el Financial Times, la flexibilización afectaría a los parámetros de liquidez, es decir, las reservas que los bancos deberían tener disponibles para financiarse en caso de un colapso repentino del mercado. Se espera que la ley entre en vigor en 2015.