No hay paz para Banca Etruria. Los soldados de la Guardia di Finanza se han presentado hoy en la sede del instituto tras haber identificado un documento crucial en el asunto sobre el que la fiscalía de Arezzo ha abierto una investigación por fraude.
El texto probaría que la orden de vender los bonos subordinados del banco -instrumentos financieros de alto riesgo que se convirtieron en papel de desecho tras el rescate del banco- habría venido de arriba.
En particular, la Fiamme Gialle está registrando las oficinas de dos funcionarios, que presuntamente recibieron órdenes de dos directores generales. Este último, a su vez, habría obedecido directamente a la alta dirección del banco.
Los bonos subordinados que según la acusación se vendieron a muchos clientes que desconocían los riesgos se emitieron en dos tramos en 2013, por un importe aproximado de 120 millones. Hay unos 12 clientes que han perdido sus ahorros invertidos en los bonos de la institución.
