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Balotelli ya es un caso nacional

Tras los últimos exabruptos en las redes sociales, una nueva tormenta ha golpeado al delantero centro del Milán, considerado por muchos como el principal culpable de la eliminación de los azzurri - Con casi 24 años, Balotelli parece un Godot más de nuestro fútbol, ​​pero ¿cuánto tiempo lleva? ¿Tiene sentido esperarlo?

Balotelli ya es un caso nacional

¿Por qué siempre a mí? ¿Sí, por qué? La capacidad de Mario Balotelli para atraer la atención de todos (medios, redes sociales, bares deportivos) sigue siendo un misterio insondable. ¿Por qué siempre hablamos de él y no de los demás? ¿Por qué en el centro de nuestras fantasías y proyectos futbolísticos está un delantero centro que nunca ha marcado más de 14 goles en una sola liga y que lleva 12 goles en 40 partidos en competiciones europeas?

Tal vez sea por los tuits, o por las muchas frases hechas en varias redes sociales, como la del beso de la reina Isabel en caso de victoria contra Costa Rica (ya saben cómo terminó). O por el exabrupto de ayer, en el que Mario rechazó todas las acusaciones, mostrando poca capacidad de autocrítica, para luego comentar diciendo que los africanos (a diferencia de los italianos) nunca dejarían a su hermano. Otra tormenta, y otros ríos de palabras para regar su nombre.

Tal vez hablemos de él por las muchas mujeres y por sus turbulentas relaciones. Porque en el fútbol actual cuentan más los memes y celebraciones icónicas de carreras y goles. Porque Mario mola y siempre nos ha gustado lo bonito y lo maldito.

O tal vez hablamos de Mario porque nuestro fútbol está en crisis y Balotelli es lo mejor que tenemos. O porque Balotelli entró como una explosión en nuestro fútbol, ​​presentándose al mundo hace más de 6 años, aún no cumple los dieciocho, con un fantástico doblete ante la Juventus. Por su descaro de niño que parecía no tener miedo a nada.

Sin embargo, 6 años después (toda una vida para un futbolista) seguimos aquí, hablando de él como una promesa por cumplir, un Godot más de nuestro fútbol, ​​con el que llenar unas páginas de una nueva historia de caída y redención, diciéndonos siempre "este es el momento adecuado".

Mientras que él parece relajarse en una espiral descendente. El verdadero misterio, más que el hombre, sigue siendo el jugador. Mario no es delantero, no es extremo, no es centrocampista ofensivo. No es de los que maniobran, no es de los que se acercan y sujetan el balón, no es de los que salen del área, no es de los que saltan sobre el hombre. Es alguien que tira cuando puede, cuando le dejan el tiempo y el espacio para hacerlo, y lo hace bien, pero cuando tiene el balón en los pies nunca da la sensación de peligro que dan los grandes, la los que siempre piensas que te pueden hacer daño, en cualquier momento.

Prandelli apostó todas sus fichas por él y perdió. Fue una apuesta irresponsable, quizás, y probablemente por eso los senadores no han perdonado al técnico, llevándolo a dimitir. El próximo ciclo azul, esté quien esté al mando, difícilmente tendrá a Mario Balotelli como estrella guía.

 

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