Aparte del "trabajo inteligente" o el "trabajo ágil", como sugiere la Accademia della Crusca. Sea cual sea el término que se utilice, el empleo realizado con la ayuda de la tecnología, no necesariamente en la oficina y sin horarios rígidos, sigue siendo una criatura desconocida para la mayoría de los italianos. Según una encuesta realizada por Vodafone en diez países (además del nuestro, India, Alemania, Hong Kong, Países Bajos, Singapur, Sudáfrica, España, Reino Unido y Estados Unidos), Italia se encuentra en el penúltimo lugar del ranking de trabajadores "ágiles", dado que solo el 31% de los empleados hace uso de formas de trabajo flexibles (frente al 36% del promedio mundial). Peor que nosotros, solo Hong Kong con un 22 por ciento.
Entre los italianos, el teléfono inteligente personal es el dispositivo más utilizado por quienes trabajan fuera de la oficina (58 %), seguido por la computadora de escritorio (27 %) y la computadora portátil personal (23 %). El 14% de los entrevistados dispone de un smartphone de empresa (18% en el caso de un portátil).
Desde el punto de vista de las empresas italianas, el 70 % de los empleadores afirma haber adoptado políticas de trabajo flexible, informando un aumento de la productividad (84 %) y una mejora en la moral de los empleados (75 %). Sin embargo, la falta de confianza con los dispositivos tecnológicos representa una barrera para trabajar desde casa: el 40 % no sabe cómo utilizar las conferencias de audio y web y el 43 % las videoconferencias.
