Es el amanecer del crowdfunding italiano. Fotografiando sus primeros destellos está la Fundación Emblema que organiza la quinta edición del Research Exchange, en Bolonia, un evento de dos días abierto a grupos, doctores y spin-offs, todos con un claro objetivo común: la innovación.
Un amanecer incierto, todavía, pero que promete ser luminoso. El valor de los proyectos de investigación financiados hasta ahora con las 54 plataformas de crowdfunding en Italia (41 activas, 13 en fase de lanzamiento) supera los 30 millones de euros. Gotas en el océano, si se refiere al escenario mundial, pero números que indican una tendencia evidente, aunque todavía embrionaria, tanto que desde octubre del año pasado hasta hoy se han recaudado siete millones de euros por estas plataformas.
El principal problema sigue siendo el del conocimiento del instrumento, que todavía es escaso. “La verdadera apuesta – confirma Tommaso Aiello, CEO de Fondazione Emblema – es contarlo: explicar cómo funciona, cuál es el marco regulatorio. Luego cada universidad decidirá cómo usarlo. Pero, obedeciendo a una lógica social, si realmente logra ponerse en marcha debemos asumir que el crecimiento no será lineal sino exponencial”.
En los detalles del discurso, en Italia el modelo de financiación más difundido es el basado en recompensas, donde los prestamistas reciben un premio o una recompensa no monetaria, seguido de donaciones, donde quienes pagan una suma no reciben nada a cambio. A pesar de todo, sin embargo, gran parte de los proyectos que intentan recaudar fondos por estas vías siguen fracasando.