¿En qué términos se puede medir el “distanciamiento social” que provocó el Covid-19? Un metro puede ser determinado por la cantidad de personas que tienen o no acceso a la red, por familias que pueden usar una PC o un televisor inteligente de manera eficiente, por aquellos que viven en "áreas grises o negras" donde Internet aún no es fácil. o totalmente accesibles y los que viven y trabajan en grandes áreas urbanas, entre los del Norte y los del Sur del país.
En este marco se presentó el lunes en Roma el tercer Informe de Auditel Censis sobre "La Italia posterior al confinamiento: la nueva normalidad digital". El documento retrata el estado de la comunicación y de la información, del consumo de productos audiovisuales, a través de la conexión a la Red durante los últimos 12 meses, durante los cuales se han producido, y aún están en marcha, cambios profundos y radicales. El año pasado, en este período, no había señales de lo que estaba a punto de golpear nuestro presente y nuestro futuro. Una especie de meteorito ha caído sobre la tierra y, como dicen, nada volverá a ser igual. El Coronavirus ha golpeado fuerte a nivel sanitario pero no ha escatimado en todo lo demás.
El Informe anterior de Auditel Censis informaba los datos de una Italia relativamente estable con perspectivas de crecimiento moderado, al tiempo que discutía las dinámicas sociales, políticas y económicas que impactaron en los cambios en curso. Auditel, a través de más de 20 familias, aproximadamente 9.000 personas entrevistadas cada año (en concreto para este año se hizo una actualización con 4.870 familias tras el fin del aislamiento), proponía imágenes de familias en movimiento en su composición, en la propensión a gastar, en la atención al uso de las nuevas tecnologías, a la conexión a la red y al mundo digital en constante evolución.
Nos fuimos Atrás quedó una temporada seria y ahora nos enfrentamos a una nueva llena de riesgos aún por interpretar. El nuevo Informe Auditel Censis nos recuerda bien que la dramática crisis del Covid-19 ha iniciado una nueva historia de la sociedad italiana donde se ve el primer capítulo “los italianos forzaron de un día para otro dentro de la casa, tensando las relaciones entre los individuos y dando una centralidad sin precedentes a los hogares…”. Han cambiado los hábitos individuales y colectivos, han cambiado los escenarios de referencia, se han alterado los paradigmas de la convivencia social. Ningún ámbito ha quedado fuera: desde las nuevas formas de trabajar en casa, pasando por la educación, desde los sectores económicos desbordados por una crisis sin precedentes, hasta el mundo de la comunicación y el entretenimiento que nunca ha pasado por momentos tan difíciles. En todo este panorama, el Informe subraya, la dimensión "digital" ha asumido una centralidad y un papel inesperadocon múltiples consecuencias de diversa índole.
Durante el confinamiento la gente permaneció más encerrada en casa (y ahora que se acerca el invierno y podría llegar una segunda ola de crisis sanitaria que podría llegar todavía) y consumía una mayor cantidad de productos audiovisuales. En los hogares de los italianos, dice el Informe, están presentes 112 millones y 400 mil pantallas de varios tipos (+600 mil respecto al año anterior) y entre estos el más extendido es el smartphone con más de 44,7 millones de dispositivos (+2% igual a + 4 millones respecto a 1,1). En segundo lugar se encuentran los equipos de televisión con más de 2018 millones de unidades (de los cuales más de 42 millones son los denominados Smart TV y, entre ellos, más de 7 millones de los realmente conectados a la red). La mayor presencia en el hogar ha supuesto un consumo sustancialmente mayor no solo de televisión "lineal" sino también de conexión a la red: personas conectadas que, en varios momentos del día y para diferentes tipos de uso (estudio, trabajo, ocio, entretenimiento), han llegado a unos 47 millones (población mayor de cuatro años) con una frecuencia de conexión diaria de unos 42 millones.
Obviamente, el tamaño, la calidad y la distribución de la red pueden marcar la diferencia. Desde este punto de vista, el país no es todo igual. La conexión a Internet solo está disponible en el 85,9% de los hogares italianos, con una diferencia (el famoso brecha digital) que oscila entre el 98% de familias de renta media alta y el 59% de nivel socioeconómico bajo. Neto de estos porcentajes, son aprox. 3,5 millones de familias italianas están completamente excluidas del acceso a la red, quedando desvinculada de cualquier actividad en línea, opcional u obligatoria que sea.
En las semanas anteriores asistimos a un intenso debate sobre la red única UBB (ultra banda ancha) y se pudieron ver las dificultades que aún quedan por superar. Prueba de ello es que ahora se habla menos de él con perspectivas temporales cada vez más lejanas para su realización, precisamente en el momento en que el país más lo necesitaría. El Informe Auditel Censis, según afirmó el presidente Andrea Imperiali, estuvo dirigido “a los decisores políticos y al mundo empresarial, que están llamados a orientar el cambio en curso para transformarlo en una oportunidad de crecimiento para el país”. Esperemos que puedan darle un buen uso.