“Estamos avanzando para solucionar los problemas del país. Si luego alguien quiere estropearlo todo, se responsabilizará”. Esta es la línea dictada por el tándem Letta-Napolitano, después de que el primer ministro pasara dos días en Viena y una tarde discutiendo con Alfano sobre el asunto Berlusconi, con un par de decretos importantes en el horizonte: argumentos suficientes para empujar a Enrico Letta ayer por la mañana para subir al Quirinale donde encuentra a un Giorgio Napolitano muy tranquilo y consciente de los compromisos que le esperan al país.
Ley de estabilidad para enganchar la recuperación, el semestre europeo y la modificación de la ley electoral siguen siendo los compromisos a cumplir del jefe de Estado para un gobierno nacido para durar hasta 2015. Y ese sigue siendo el horizonte en el que se siguen moviendo Napolitano y Letta con la convicción de que las tensiones provocadas por los procesos judiciales sobre Silvio Berlusconi deben quedar fuera de la actividad del ejecutivo "como se acordó en el momento del nacimiento del gobierno".
