Ahora hemos llegado al final de la primera mitad y, sin embargo, mirando los mercados financieros, surge que la mayoría de los riesgos con los que empezamos 2013 siguen en el plato:
1. el EE. UU. aún no han alcanzado el compromiso político necesario para reducir el exceso de deuda pública y se preparan para reducir el "Quantitative Easing";
2. elEuropa seguir postergando los necesarios reformas estructurales (política e institucional) para reducir el desempleo y volver al crecimiento;
3. el Japón ha puesto en marcha un experimento (monetario, fiscal y estructural) sobre el que es demasiado pronto para sacar conclusiones;
4. el China se encuentra con una nueva clase política que debe favorecer el desarrollo de un nuevo modelo económico (a favor de la clase media) sin sufrir retrocesos (el riesgo es el "credit crunch");
5. manifestaciones recientes en Turquía e Brasil han puesto de relieve lo frágil que es el equilibrio entre las reformas sociales y económicas, incluso (y sobre todo) en los países emergentes.
Teniendo en cuenta este escenario global y la volatilidad de los mercados financieros de este período, ¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento económico para el año en curso?
El Banco Mundial ha rebajado sus previsiones de crecimiento para 2013 del 2,4% al 2,2%, la Comisión Europea es decididamente más optimista: +3,0%, apuntando a una recuperación en la eurozona ya en la segunda mitad del año.
En todo este mar de previsiones he hecho (como ya había hecho a finales de marzo) un gráfico muy simple (y sin pretender ser "científico"), que trata de resumir el pensamiento de los analistas financieros recogido por Bloomberg sobre la crecimiento económico (Click en la imagen para ampliar).
El gráfico representa cualitativamente la fase del ciclo económico un país está en: “aceleración”, “empeoramiento”, “desaceleración”, “tope”. El período considerado para las estimaciones de la economía va del tercer trimestre de 2012 al cuarto trimestre de 2013 y compara los últimos tres trimestres con los siguientes.
Observando el gráfico, es posible extraer algunas consideraciones para el segundo semestre de 2013:
1. el mundo continúa encontrándose en una fase de la expansión económica, apoyado en particular por el desempeño de los Países Emergentes y los EE.UU.;
2. el Japón, en comparación con hace unos meses, ha subido en la clasificación y las acciones recientes de política monetaria y fiscal han impulsado las perspectivas de los analistas;
3. aunque la Comisión Europea y el BCE aún albergan cierta esperanza de que la economía se recupere a partir del tercer trimestre, los datos preliminares del PMI parecen confirmar la visión del “consenso”, a saber, que el la eurozona aún no ha tocado fondo y no lo hará antes de fin de año;
4. el divergencia entre la zona del euro y el resto del mundo se ha ampliado.
¿Cuál será el desempeño de las Bolsas de Valores?
Si bien la economía debería estabilizarse en la segunda mitad del año (al menos según las evaluaciones más recientes), i mercados presentan situaciones muy diferentes: quedan algunos índices lejos del punto máximo logrado en 2007 (anterior a la crisis), con algunas excepciones (Haga clic en la imagen para desplazarse).
El gráfico representa la distancia (expresada en términos porcentuales) entre el punto máximo alcanzado en 2007 y la valoración de mercado actual (25 de junio de 2013). La línea horizontal corresponde al -50% respecto al punto máximo alcanzado en 2007.
En comparación con la fotografía de marzo, la situación no ha cambiado tanto:
1. El Alemania (DAX) y el Estados Unidos(S&P500) continúan cerca de sus máximos;
2. yo Paises emergentes, aunque en mejores condiciones desde el punto de vista económico, no aprovecharon el repunte de la equidad han estado y han sido de los más sancionados en el último mes;
3. yo Países periféricos de la zona del euro (Italia, España, Portugal, Grecia e Irlanda) todavía tienen un largo camino por recorrer.
Si se confirman los vaticinios de una recuperación económica paulatina, podría haber alguna buenas oportunidades para invertir en acciones. Si por el contrario eres más pesimista, presta atención: nunca hay un límite a la baja de los mercados de valores.
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