ryadh. Según un estudio reciente realizado por el programa antitabaco del Ministerio de Salud de Arabia Saudita, el número de mujeres fumadoras está creciendo a un ritmo alarmante en el país. Se trata principalmente de fumadores de shisha -nombre egipcio con el que también se conoce a la cachimba- y el fenómeno afecta a todos los grupos de edad, con un auge entre los más jóvenes.
Estos últimos no se atreven a fumar delante de sus padres y familiares y lo hacen a escondidas, solos o en pequeños grupos de amigos; una vez casados, sin embargo, será el marido quien decida si se les permite fumar en el hogar. Aesha Al-Omari, que empezó a fumar cuando era adolescente, dice que su marido intentó varias veces que dejara de fumar, pero finalmente se dio por vencido y le permitió seguir fumando su shisha.
Amer Ali, dueña de una "tienda de shisha", dice que hay muchas mujeres que vienen a comprar tabaco y esencias perfumadas para agregar al agua de la cachimba y están dispuestas a gastar mucho: narjeela, por ejemplo, un aroma muy famoso, puede también costó mil riales (US$266).
Pero, ¿por qué las mujeres saudíes fuman tanto? El estudio no investiga las causas, pero algunos expertos entrevistados hablaron de "contra" el tabaquismo, es decir, una elección que apunta a mostrar la rebeldía contra las normas y convenciones sociales que limitan los derechos y la libertad de las mujeres.
El sociólogo Sabbah Zahhar, por ejemplo, argumenta que para las mujeres sauditas, fumar es una forma de afirmar la igualdad de género en una sociedad donde los hombres dominan todos los aspectos de la vida.
