Antonio Ligabue fue uno de los artistas más originales del siglo XX, capaz de emocionar con una pincelada de color y transportarnos a su mundo genuino y visionario.
Nacido en Zúrich, tras una infancia y una adolescencia difíciles fue expulsado de Suiza y llegó en 1919 a Gualtieri, en la provincia de Reggio Emilia, patria de su padre adoptivo. Aquí también su vida sigue siendo muy dura, marcada por la hostilidad, los malentendidos y las repetidas hospitalizaciones en hospitales psiquiátricos. Pero Ligabue se resiste, encontrando en la práctica artística ese "lugar seguro" que nunca ha tenido. La pintura y la escultura se convierten en los medios para transformar las dificultades en oportunidades y dar voz a sus pensamientos. La exposición documenta toda la actividad de Ligabue a través de más de cien obras, entre pinturas, esculturas y dibujos, algunas nunca antes expuestas.
En el itinerario emergen los temas fundamentales de su investigación: del diario íntimo de los autorretratos a los paisajes del corazón, de los retratos a las naturalezas muertas, de los animales salvajes a los domésticos, de los paisajes rurales a las escenas de caza y las tormentas de nieve.
Ingenioso y visionario, “Toni al mat” -el loco, como le llamaban- encuentra en su práctica artística ese “lugar seguro” que nunca ha tenido, un espacio físico y mental para transformar las dificultades en oportunidades y dar voz a sus pensamientos. Así lo subraya Vittorio Sgarbi –comisario de la exposición junto a Marzio Dall'Acqua– según quien: «Es el arte, como fue el caso de Van Gogh, el que concede la redención de una condición que el pragmatismo despiadado de la sociedad burguesa continuó considerar una enfermedad que debe ser rechazada en su totalidad.” La consagración del pintor a nivel nacional llegará en 1961 cuando, gracias a Mazzacurati y Giancarlo Vigorelli, tiene la oportunidad de exhibir algunas de sus pinturas en la Galleria La Barcaccia en Roma. Después de esta exposición individual, despertará cada vez más la admiración de coleccionistas, críticos e historiadores del arte, entrando en las filas de los grandes artistas italianos del siglo XX.La retrospectiva en el Palazzo dei Diamanti documenta toda la carrera de Ligabue y ofrece la oportunidad de ( re)descubre los rasgos y colores de un artista que se resiste a etiquetas y categorías demasiado rígidas para expresar, como pocos, la fuerza natural e instintiva de su furor creativo. Su fantástico y cautivador vocabulario figurativo se revelará a través de 100 obras, entre pinturas, esculturas y dibujos, algunos inéditos: desde los célebres e intensos autorretratos, en los que Ligabue anota los rasgos esenciales de su personalidad, hasta las escenas ambientadas en Suiza, nostálgicos recuerdos de infancia; desde retratos a bodegones, desde paisajes rurales, a escenas de caza y tormentas de nieve; desde animales domésticos del primer período, hasta tigres con fauces abiertas, leones monstruosos, serpientes, aves rapaces que arrebatan a su presa o luchan por sobrevivir: una selva real que el artista imagina con imaginación alucinante en los bosques del Po.
Editado por Marzio dall'Acqua y Vittorio Sgarbicon la colaboración de Augusto Agosta TotaOrganizadores Fundación Ferrara Arte, Galerías de Arte Moderno y Contemporáneo y Fundación Archivo Antonio