Remate directo para Antonio Catricalà, que tras siete años está a punto de concluir su experiencia como presidente de la Antimonopolio. La expiración natural de su mandato sería en marzo de 2012, pero con toda probabilidad la entrega se producirá en agosto, cuando Catricalà podría pasar a manos de la Dirección de Obras Públicas. En todo caso, mañana por la mañana en Montecitorio será su último informe anual al frente de la Autoridad de Competencia y Mercados.
El discurso tradicional dará paso a una reflexión más general, una valoración global del trabajo realizado desde 2005 hasta la actualidad. Según las expectativas de la víspera, Catricalà debería concentrarse sobre todo en el riesgo de que se fortalezcan los monopolios en los servicios de proximidad. No sólo en el ámbito del agua, cuya gestión no puede abrirse al mercado tras el último referéndum, sino también en otros sectores como la energía y el transporte.