comparte

Sudamérica, con Lula, Brasil vuelve a la izquierda como Chile y Colombia: los desafíos son la inflación, el clima y Rusia

Con la victoria de Lula en Brasil, el continente vuelve a la tracción progresiva: solo Ecuador, Paraguay y Uruguay siguen con gobiernos de derecha. Pero cuidado con las trampas para Lula y la crisis en Argentina

Sudamérica, con Lula, Brasil vuelve a la izquierda como Chile y Colombia: los desafíos son la inflación, el clima y Rusia

Agudos progresivos en Latinoamérica. Solo en los últimos 12 meses, el continente sudamericano se tiñó de rojo en tres de tres elecciones: en Chile hace un año ganó el socialista de 36 años Gabriel Boric; luego Colombia con el primer presidente de izquierda de su historia, gustavo petro, que derrotó por poco al conservador Álvaro Uribe, quien llegó al poder por primera vez en 2002. Así como ganó por poco en Brasil Calamar (elegido también por primera vez hace 20 años), anotando su triplete personal: ningún presidente brasileño había obtenido nunca un tercer mandato. 

El exdirigente sindical lo hizo con el 50,9%, el porcentaje más bajo de la historia, aunque superó los 60 millones de votos, también un récord. Y con su hazaña, acogida no por casualidad con entusiasmo en toda América del Sur, el llamado ursal (acrónimo, en portugués, de União das Repúblicas Socialistas da América Latina) quedó claro: luego de un largo período de gobiernos mayoritariamente de derecha en el área, hoy incluyendo a México y Venezuela hay hasta 8 países gobernados por la izquierda, que es decir, todas las de Sudamérica continental con excepción de Ecuador, Paraguay y Uruguay, e incluido Perú, donde el sindicalista gobierna desde julio de 2021 pedro castillo

EL RETO DEL POSICIONAMIENTO INTERNACIONAL, ENTRE ESTADOS UNIDOS, RUSIA Y CHINA

En este contexto, ¿cuál es la situación económica y el posicionamiento internacional de América Latina? Partiendo del Brasil del recién reelegido Lula, que asumirá el cargo el 1 de enero de 2023, los mercados y la comunidad internacional se muestran favorables al cambio de tendencia: aunque el líder del Partido de los Trabajadores, de 77 años, ha expresado evaluaciones ambiguas de la guerra en Ucrania (no es casualidad que haya recibido felicitaciones tanto de Zelensky como de Putin), su regreso a la silla de montar de la economía líder en la zona ha recibido convencidos aplausos del mundo occidental, empezando por Biden y Macron.  

Brasil está ansioso por volver a contar en el contexto internacional, pero Lula, además de la ambigüedad hacia Rusia, también tendrá que lidiar con una la creciente dependencia de su país de China, que desde hace años, en medio de la indiferencia general, ha ido metiendo mano en Sudamérica y en particular en Brasil, que en 2021 fue el país del mundo que más se benefició de las inversiones de Pekín: casi 6 millones de dólares para adquirir empresas o financiar proyectos en todos los sectores, desde petróleo hasta fintech, desde infraestructura hasta automóviles. Por no hablar de la soja, la principal materia prima exportada desde Brasil, especialmente a Asia. 

LOS MERCADOS APRUEBAN LULA Y AHORA HAY COP 27 SOBRE CLIMA

Los mercados aprueban actualmente: la moneda brasileña, el real, se fortalece frente al dólar y el euro, mientras el índice Ibovespa de São Paulo, tras el desplome tras la votación, se va recuperando paulatinamente, aunque todavía está lejos de los máximos de mayo de 2021. Se respira un aire de cambio a todos los niveles, como si una parte del país (en realidad no tan mayoritaria) pudiera esperar para ponerse al día con el resto del mundo, después de años de errores y resbalones. El primer banco de pruebas es en los próximos días Conferencia COP27 sobre el clima de Sharm el Sheikh, donde Brasil querrá jugar un papel protagónico especialmente en el tema de la Amazonía, cuya deforestación bajo Bolsonaro ha avanzado a niveles inaceptables. Primera señal positiva: Alemania, que había suspendido el programa de ayuda Fundo Amazonia, lo ha restablecido. 

Sin embargo, para Lula no será fácil recuperar el país, recientemente devuelto al Mapa del Hambre de la ONU (estimado en 33 millones de personas en riesgo de desnutrición): Bolsonaro, subraya Folha de San Paolo, está "políticamente vivo y socialmente normalizado" y el nuevo gobierno será difícil encontrar la mayoría en el Congreso Federal, al punto que Lula se verá matemáticamente obligado a forjar alianzas con el Centrão, un contenedor del centro que hasta la fecha sigue aliado con el presidente saliente. 

EL LASTRE DE LA INFLACIÓN: ARGENTINA EN CRISIS NEGRA

¿Y los demás países? El tema candente en América del Sur es siempre el deinflación. Brasil estima un 2022% para 9,4, cifra en línea con la Colombia de Petro (que tiene una tasa de desempleo récord: 11%), mientras que peor lo ve el Chile de Boric, que tras recibir el rechazo a la nueva Constitución prevé precios más altos del 11,6% este una y otra vez del 9% en 2023, cuando en cambio Brasil y Colombia caerán por debajo del 5%. Dejando de lado a Venezuela que vive una situación propia, el retaguardia del continente sigue siendo elArgentina, liderada también desde 2019 por un gobierno de izquierda: el presidente Alberto Fernández fue de los primeros en felicitar al compañero Lula, pero su país atraviesa la peor crisis desde los tiempos del corralito, hace veinte años. 

La inflación este año en Argentina se estima en 72% y en 2023 se espera que incluso empeore a 76%. El crecimiento también es decepcionante: +6,5%, pero por encima del 10,5% de 2021. Y no es mejor Brasil, que según el FMI crecerá menos que Italia y la Eurozona este año, por debajo del 3%. Incluso el México, que con Andrés Manoel López Obrador (teóricamente de izquierda pero a menudo acusado de políticas conservadoras) era candidato a convertirse en la nueva locomotora de América Latina, en 2022 verá crecer el PIB solo un 2,1%, para desacelerarse aún más en 2023 hasta 1,2%. Allá izquierda latinoamericana le espera un desafío histórico: hoy gobierna en países que en conjunto concentran el 93% del PIB del área. 

Revisión