El proteccionismo vuelve a estar de moda. Prueba de ello es el caso Alstom, por el que el gobierno francés levanta la bandera del patriotismo económico y emite un decreto que puede bloquear los designios extranjeros sobre Alstom.
De hecho, se ha publicado en el Boletín Oficial un decreto sobre inversiones extranjeras que exige una autorización del Estado para las adquisiciones extranjeras de empresas que operen en sectores estratégicos como la energía, el transporte, las telecomunicaciones, el agua y la sanidad.
Un decreto que hace inevitable la intervención estatal sobre el expediente de Alstom, objeto de interés tanto de los estadounidenses de General Electric como de los alemanes de Siemens.
“Estamos adoptando un dispositivo que ya existe en otros lugares, como en Alemania, Italia, España y también en Estados Unidos”, explican desde el despacho del presidente del Gobierno.
