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Giro: los Dolomitas esperan a Nibali para el reto final

El Tiburón debe recuperar 1'54" de Carapaz, sorprendente pero cada vez más autoritario maillot rosa - Hoy termino cuesta arriba en San Martino di Castrozza - Ayer victoria al sprint para Cima que resiste en el último metro en la vuelta del grupo

Giro: los Dolomitas esperan a Nibali para el reto final

En los últimos tres años el Giro se ha resuelto en las tres etapas finales: Froome el año pasado con el paseo solitario que comenzó en Colle delle Finestre, en 2016 Nibali con el ataque iniciado en Risoul y concluido en Sant'Anna di Vinadio, al año siguiente tom dumoulin se arrancó el maillot rosa en Nairo Quintana en la contrarreloj final desde el circuito de Monza hasta Milán.

Ricardo carapaz tiene un buen margen de ventaja sobre Nibali y algo más sobre Roglic, tiene un equipo de su lado, Movistar, que nunca ha fallado y que tiene en Landa al hombre que puede ayudar a Carapaz a ganar el Giro en la montaña pero también aspirar él mismo al maillot rosa en caso de que el ecuatoriano sufra, una hipótesis poco probable en este momento, pero nada se da por sentado en el ciclismo, un fracaso.

brezo, que está a 3'03" de su compañero de cabeza, vuelve el escalador que cuando decide salir se despega de cualquiera pero no es un buen contrarrelojista, una gran desventaja en una carrera que ha incluido nada menos que tres etapas contrarreloj como la Giro de este 'año. Ya hoy, viernes, la llegada cuesta arriba en San Martino di Castrozza dará información importante sobre el binomio Carapaz-Landa y los dos rivales que acechan el maillot rosa, Nibali a 1'54” y Roglic a 2'16”. Mañana tocará el Manghen, la Croce d'Aune y la subida final al Monte Avena para arreglar los huecos con los que los grandes nombres afrontarán la contrarreloj de Verona, que favorece sobre todo a Roglic pero también a Nibali sobre Carapaz y Landa. Pero si Nibali y también Roglic no consiguen reducir la distancia que tienen hoy con Carapaz, el maillot rosa tiene altísimas posibilidades de terminar en Ecuador por primera vez.

El jueves al final de la 18.ª etapa, un traspaso agotador de cara al tríptico decisivo de Valdaora a Santa Maria di Sala, ciudad natal de Toni Bevilacqua, un gran ciclista de la época de Coppi y Bartali, vencedor de la París-Roubaix en 1951 – Damiano Cima no tiene dudas: Nibali ganará el Giro al final. Lui Cima, corredor del Nippo-Vini Fantini, ya ganó ayer su Giro resistiendo las embestidas del compacto grupo hasta la meta, con los velocistas supervivientes desatados como animales hambrientos persiguiendo a la última presa, tras una escapada a tres largada 170 km de la meta. Con él estaban el alemán Denz y Mirco Maestri, pero ambos compañeros de aventuras de Cima fueron absorbidos por el viento ruidoso del grupo que intentaba no darles la oportunidad de escapar. Pero Cima no se rindió, al contrario, pedaleando cada vez con más fuerza, aguantó el último contragolpe de Pascal Ackermann, quien ya ha ganado dos en este Tour de etapas.

“Es el sueño de toda la vida”, comentó Cima con entusiasmo. que con ayer sumó más de 900 kilómetros recorridos a pie. Para Ackermann, batido por el bresciano, un segundo puesto que quema pero que le devuelve el maillot ciclamen de líder de la clasificación por puntos. La perdió el francés Arnaud Démare, por una elección táctica incomprensible: haber corrido la etapa con el objetivo no de ganarla como también estaba en los pronósticos de la víspera, sino de animar la escapada para privar a Ackermann de la posibilidad de marcar puntos. Una especie de harakiri francés.

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