Otro giro en la historia Alitalia. Lufthansa escribió una carta al Ministerio de Desarrollo Económico y a los Ferrocarriles, expresando su propia voluntad de tener un “fuerte entendimiento comercial” con la empresa en administración extraordinaria. Se trata de una operación disruptiva, dado que la oferta llega sólo cinco días después de la fecha límite de presentación de ofertas vinculantes y que El gigante alemán no piensa invertir ni un euro en Alitalia, no quiere al Estado entre los accionistas y exige cura de caballo con 5-6 mil despidos.
Además, si quisiera celebrar un acuerdo comercial con Lufthansa, Alitalia tendría que pagar 350 millones de multas por abandonar el consorcio internacional Sky Team, con Delta y Air France, y entrar en Oneworld, el polo de los alemanes.
De momento, la única hipótesis concreta para salvar a Alitalia es la creación del consorcio de cuatro FS-Tesoro-Delta-Atlantia, en el que se ha trabajado durante meses. Y "el plazo para la venta sigue fijado para el 15 de octubre", reiteró el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Patuanelli.
Recientemente, Atlantia ha puesto apuestas precisas: antes amenazó con dar un paso atrás si el gobierno los retira concesiones de autopistas luego de la tragedia del Puente Morandi, luego demostró dudas sobre el papel de Delta, pidiendo más dinero y más espacio en las rutas a Norteamérica a la compañía estadounidense, que habría puesto en juego unos 100 millones al reservar un papel "junior" para Roma en la subdivisión de las rutas transatlánticas. Finalmente, los Benetton piden un plan industrial más claro también en el frente de la nuevas inversiones.
En este escenario es muy poco probable que dentro de unos días se cree la newco para hacerse cargo de Alitalia. Según los últimos rumores, tomará algunas semanas más definir el plan industrial y nombrar al nuevo director gerente.
En definitiva, ya es casi inevitable un nuevo aplazamiento que obligará al Gobierno a inyectar otro dinero público en la compañia.
