La Grosse Koalition sobre todo. Martin Schulz, líder del SPD, ha formalizado la dimisión del cargo de ministro de Asuntos Exteriores que le había dispuesto la cancillería Angela Merkel. En una nota, el expresidente del Parlamento Europeo subrayó su deseo de "cerrar el debate sobre las nominaciones para no poner en peligro el voto de la base del partido sobre el futuro gobierno alemán".
Los socialdemócratas han criticado duramente a su líder, acusándolo de no haber respetado los compromisos asumidos y de haberse doblegado a la voluntad de Merkel. El jueves, el actual ministro de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, arremetió contra Schulz: "Solo queda el disgusto de ver en qué momento del SPD actuamos con poco respeto entre nosotros y ver que la palabra de uno cuenta tan poco".
Schulz, al comunicar su dimisión, quiso no obstante centrarse en los avances de los últimos meses de discusiones y debates que llevaron a la formación de la gran coalición: "Siempre he subrayado que habríamos entrado en una coalición si nuestras demandas hubieran estado en el contrato de los socialdemócratas para una mejora en la educación, el bienestar, la seguridad social, el trabajo y la fiscalidad. Me enorgullece decir que esto sucedió. Y por eso para mí es aún más importante que los miembros del SPD voten a favor de este contrato, ya que están exactamente tan convencidos de estos contenidos como yo".
El 4 de marzo será una fecha decisiva para el futuro arreglo político y económico de la Unión Europea, y no solo para las elecciones italianas. De hecho, ese día deberían darse a conocer las opiniones definitivas de los aproximadamente 460 miembros del SPD, llamados a pronunciarse sobre la Grosse Koalition.
La dirección del partido se ha posicionado abiertamente a favor del acuerdo, y el paso atrás de Schulz va en la misma dirección. A día de hoy nadie quiere ni pensar en un posible no de los socialdemócratas, considerando que en ese caso habría dos hipótesis: un gobierno en minoría de Merkel o la vuelta a las urnas.