Crecimiento de las remesas, tendencias demográficas, conflictos internos, manejo propietario del poder político y sobre todo una economía aún lejos del camino del desarrollo sostenible. Varios factores sugieren que, en los próximos años, las migraciones de África a Europa seguirán aumentando. De ello habló hoy Romano Prodi, autor de una lectio magistralis titulada "La dinámica del desarrollo en el continente africano" en la sede capitolina de Sioi (Sociedad Italiana para la Organización Internacional).
¿RENACIMIENTO AFRICANO? NO, FERMENTACIÓN
“En los últimos 10 años, África ha crecido más que la media de los demás continentes -dijo el catedrático, que desde 2008 preside el grupo de trabajo de ONU-Unión Africana sobre misiones de mantenimiento de la paz en el continente-, pero hoy la incidencia del PIB africano en la cifra mundial es igual a la de 1980. Por lo tanto, no es correcto hablar de un 'renacimiento africano', como muchos hacen. Más bien diría que es una buena fermentación. África tiene 54 países y mil millones de habitantes, pero hasta la fecha solo Nigeria, Egipto y Etiopía, además de Sudáfrica, tienen una estructura económica relativamente autónoma. La Unión Africana intenta mejorar la situación pero tiene poco margen de acción”.
El aislamiento de África hizo que el continente se viera menos afectado que los demás por la crisis de 2008, “pero el nivel industrial sigue siendo bastante bajo -prosigue Prodi- y el nivel tecnológico sigue siendo incomparable con respecto al resto del mundo”. En el frente de las cuentas públicas, "en varios países africanos la relación deuda-PIB es buena, pero la inflación muchas veces está fuera de control, porque el déficit se ajusta actuando sobre la moneda".
África, por lo tanto, no ha alcanzado los "Objetivos de Desarrollo del Milenio", objetivos fijados por las Naciones Unidas que apuntaban sobre todo a reducir la pobreza: "Hoy, el 41-42% de la población logra un ingreso per cápita de al menos 4 dólares por día -continuó el ex primer ministro, pero la mayoría todavía vive en la pobreza absoluta. El crecimiento, de hecho, es desigual: toca bastante a la clase media, mucho a la clase alta y nada a la clase baja”.
CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN SUBSAHARIANA
Por otro lado, en los últimos años en África ha habido una fuerte reducción del analfabetismo y la proporción de quienes completan la educación primaria ha alcanzado el 82-83 por ciento. “La alfabetización, junto con la mejora de los estándares higiénico-sanitarios –explicó el profesor– ha producido un descenso generalizado de la mortalidad infantil. La tasa de natalidad, por el contrario (pese a haber descendido en el área mediterránea) se ha mantenido estable en África subsahariana, donde la edad media es ahora de 18 años, frente a 24 en el norte del continente, 37 en EE.UU., 41 en Europa y 46/47 de Italia".
Por tanto, la población está destinada a crecer y, según Prodi, “se verá empujada a la emigración, salvo una evolución inesperada en los próximos años. Ante la imposibilidad de alimentarse, la gente está dispuesta a afrontar cualquier cosa. Por no hablar de que las remesas enviadas a África por los emigrantes han superado recientemente la ayuda exterior: un cambio enorme, que fomentará aún más la migración”.
CONFLICTOS INTERNOS Y GESTIÓN DEL PODER
En cuanto a los conflictos, “su número ha disminuido y se han vuelto cada vez más internos a los países, es decir, no son producidos directamente por las potencias coloniales, sino que están afectados por ese legado y muchas veces resultan ser aún más sangrientos”. En la mayoría de los casos, prosiguió el profesor, “los conflictos internos son generados por la gente en el poder, que quiere cambiar la Constitución para mantenerse en el poder. Es un concepto de propiedad del poder que nunca ha sido erradicado: primero estuvo ligado a los golpes de Estado, ahora a las elecciones”.
RELACIONES CON CHINA
Otra característica de la economía africana es “una productividad agrícola muy baja –subrayó Prodi–, que es un tercio de la de China. Esto tiene una consecuencia política, a saber, la atracción de China (donde se encuentra el 7% de las tierras cultivadas y el 20% de la población mundial) hacia África. Las autoridades de Pekín se ven obligadas a importar alimentos, energía y materias primas y son las únicas que han seguido una política verdaderamente continental con África, estableciendo relaciones con 50-51 países de 54. Ni Europa ni EE. Sin embargo, las inversiones han aumentado recientemente, un terreno en el que China ahora tiene competencia en suelo africano. Muchas inversiones se refieren a infraestructuras que, sin embargo, siguen siendo insuficientes".
En el fondo, “definirlo como un continente con grandes esperanzas me parece acertado –concluyó Prodi–, pero no será fácil conseguirlas, sobre todo mientras subsista esta fragmentación política y estos problemas de gobernabilidad. También porque no creo que la política china pueda continuar así indefinidamente".
