Entre mayo y junio, cuando la FED envió las primeras señales de querer reducir la intensidad de compra de bonos (el llamado "tapering") hubo una gran fuga de capitales de los países emergentes.
Las monedas de estos países han sufrido mucho, pasando por un fuerte depreciacióno que afectó especialmente al real brasileño, la rupia india y la rupia indonesia. Estas monedas han registrado variaciones negativas de dos dígitos.
La sospecha que legítimamente puede surgir es que, tras esta abrupta caída, las monedas de los Países Emergentes estén baratas. Una forma de entender si esta hipótesis es cierta es analizar la dinámica del tipo de cambio real promedio, más precisamente el índice de Barclays de las monedas de los países emergentes, ajustado por inflación. Las monedas a menudo se desvían de las evaluaciones fundamentales como la que estamos a punto de realizar, sin embargo, al agregar muchos países y considerar un horizonte de tiempo prolongado, se pueden obtener algunas ideas útiles.
Tras una década de crecimiento económico, que también ha provocado un aumento de los precios y de los costes laborales (con la consiguiente disminución de la competitividad de estos países), El índice de divisas de mercados emergentes de Barclays cayó un 5% aproximadamente desde el máximo histórico (mayo de 2013). Sin embargo, como muestra el gráfico a continuación, en términos reales las monedas de estos mercados se mantienen alrededor de un 12% más caras que su promedio histórico, incluso después de la fuga de capitales que tuvo lugar entre mayo y junio.
En conjunto, por lo tanto, los tipos de cambio de las monedas emergentes todavía parecen tener espacio para depreciarse.
Países emergentes: margen para una mayor depreciación de los tipos de cambio
