Poeta, documentalista, director, productor, polemista, autor, docente reconocido internacionalmente. Bernardo Bertolucci fue el último de los grandes que engrandeció aún más el cine italiano del siglo XX. Murió hoy en Roma a la edad de 77 años.
Nació en Parma el 16 de marzo de 1941. El arte era una prerrogativa familiar: hijo del poeta Attilio Bertolucci y Ninetta Giovanardi, hermano de Giuseppe, también director de cine y dramaturgo), sobrino del productor de cine Giovanni Bertolucci. Entre sus amigos y admiradores: Pier Paolo Pasolini, Alberto Moravia, Elsa Morante, Cesare Garboli, Enzo Siciliano, Dacia Maraini.
Su viaje cinematográfico comienza justo al lado de Pasolini. El primer trabajo es precisamente el de ayudante de dirección de Pasolini en la película Mendigo (1961) con Franco Citti y Adriana Asti (con quien se casará). En 1968 llega la mayor obra maestra: Érase una vez en el Oeste, del cual escribió la historia con Dario Argento y Sergio Leone como director.
La fama internacional viene con El último tango en París, protagonizada por Marlon Brando, interpretada junto a Maria Schneider, Jean-Pierre Léaud, Maria Michi y Massimo Girotti. Una película de culto, blanco de la censura intolerante de aquellos años, destinada a quedar en la historia y recientemente restaurada.
Y de nuevo en 1976 viene Novecento, fresco de las luchas campesinas emilianas desde los primeros años del siglo hasta la Segunda Guerra Mundial con Robert De Niro, Gérard Depardieu, Donald Sutherland, Sterling Hayden, Burt Lancaster, Dominique Sanda, pero también Stefania Sandrelli, Alida Valli, Laura Betti, Romolo Valli y Francesca Bertini.
El mayor reconocimiento llega en 1987 con el último emperador, un gran éxito internacional que ganó nueve Premios de la Academia, incluidos los de mejor película y mejor director. No es casualidad que Bertolucci sea el primer y único italiano en ganar el Oscar al mejor director.
Entre los últimos trabajos, en 2003, se encuentra Los soñadores. “Cine – dijo – yo lo llamaría simplemente vida. No creo que haya tenido una vida fuera del cine; y en cierto modo fue, lo admito, una limitación”.
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