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LA INDUSTRIA DEL ACERO ENTRE ILVA Y PIOMBINO – Si los empresarios italianos se rinden al Estado y a los indios

URGENCIA DEL ACERO - La entrevista con el Corriere del presidente de Federacciai, Antonio Gozzi, sobre el futuro de las plantas de Ilva en Taranto y Lucchini en Piombino es el signo de la rendición de los empresarios privados italianos a los indios y al Estado - Los problemas del acero no tienen la culpa del destino sino de la falta de capacidad de agregación de las empresas italianas

LA INDUSTRIA DEL ACERO ENTRE ILVA Y PIOMBINO – Si los empresarios italianos se rinden al Estado y a los indios

La entrevista difundida ayer por el presidente de la industria siderúrgica italiana Antonio Gozzi al "Corriere Economia" sobre el futuro de Tarento y Piombino suena a amargura y rendición ante las solicitudes de compra de la muy poderosa siderúrgica (anglo) india industria metalúrgica. La dificultad de reunir a algunos empresarios italianos en el sector es tal que empuja al presidente "muy privado" a incluso invocar una presencia pública del Estado que volvería al acero después de veinte años. Gozzi sabe que la operación es poco realista y jurídicamente imposible tanto por las limitaciones europeas como por las razones obvias de la pobreza de nuestras arcas públicas.

Ilva de Tarento y Piombino están bajo fuego extranjero no por un destino cínico y tramposo sino, después de la desgraciada experiencia de los Lucchini y la amarga historia de los Riva, por una falta total de capacidad de agregación de la industria siderúrgica italiana. Lo fue (después de la temporada de privatizaciones) también en los casos del acero inoxidable de Terni (vendido a los alemanes) y de Cogne (vendido a un empresario suizo); si no hubiera sido por la feliz unión de la familia Amenduni y Louis Dunwalder, incluso la excelencia productiva de la acería de Bolzano habría desaparecido, lista para ser desmantelada por la familia Falck.

Hoy, el firmamento de la industria siderúrgica italiana está atravesado por una docena de protagonistas capaces de administrar su huerta (en el mejor de los casos). Algunos de ellos con resultados muy positivos en términos de cuentas y competitividad pero igualmente buenos jugando al escondite cuando se ponen sobre la mesa temas estratégicos de alianzas o sinergias vegetales y comerciales.

Es cierto que los esfuerzos de capital necesarios para hacer frente a los desastres financieros no sólo de Piombino y Taranto son tantos como para exigir un "line-up" empresarial formado por emprendedores decididos y bancos con visión de futuro pero, sobre todo, por líderes autorizados en el sector, para la historia personal y profesional.

Invocar una nueva "mano pública" o la habitual Arvedi significa renovar los cuatro cantones en los que se ha refugiado durante años la industria siderúrgica del país. Combinar la capacidad de Gnudi con hombres, empresas primarias y de cadena de suministro, bancos y alianzas internacionales parece ser la única forma viable de mantener firmemente una base de producción de acero capaz de respaldar su industria de fabricación mecánica en la perspectiva del país.

Si no tan lejos los indios que nos tomarán como rehenes como los dos marines de Delhi.

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