Esa noche que muchos de nosotros nunca olvidaremos: eran exactamente 3.36 el 24 de agosto de 2016 cuando se produjo el primer sismo fuerte, de magnitud 6.0 y con epicentro ubicado a lo largo del Valle del Tronto, afectó especialmente a las localidades de Amatrice, Accumoli y Arquata del Tronto. Hubo un total de 299 víctimas (de las cuales 239 solo en Amatrice), un balance definitivo muy doloroso, que también estuvo acompañado por la herida de ver destruido casi por completo un pueblo simbólico en el centro de Italia como Amatrice, que todos conocemos por su historia. y por el nombre dado a un plato icónico de la cocina y cultura italiana.
Tres años después del trágico suceso, al que siguió en el mismo enjambre sísmico el choque (aún mayor en intensidad, de magnitud 6.5) del 30 de octubre de 2016 en Norcia y por aquellos, unos días antes, con epicentro en Umbria-Marche frontera, entre los municipios de la provincia de Macerata di Visso, Ussita y Castelsantangelo sul Nera, el tema es siempre el mismo, que a menudo ocurre después de los desastres naturales en Italia: ¿En qué etapa se encuentra la reconstrucción? ¿Qué atención se ha dado y se está dando a los miles de ciudadanos desplazados, luego de haber perdido sus hogares, familiares y amigos?
Hoy, Amatrice es un pueblo fantasma. El turismo no ha parado, en parte por solidaridad, en parte por curiosidad, en parte por cuestiones gastronómicas y enológicas, sigue activo, aunque con la prohibición de hacerse selfies ("Lugar de respeto", reza acertadamente un cartel), pero la población es lenta. El pueblo medieval sigue siendo en gran parte un montón de escombros y la población se está reduciendo a la mitad: antes del 24 de agosto de 2016 había 2.700 vecinos, ahora son 1.500. Y ninguno recuperó su vivienda: todos siguen viviendo con familiares, amigos, o en las 537 “soluciones de vivienda temporal” preparadas en los meses siguientes por Protección Civil, con el entonces gobierno de Renzi.
En total, considerando todos los municipios afectados, el 77% del total de 49.285 personas sin hogar optaron por la aportación del alojamiento autónomo, mientras que 8.108 duermen en "casitas" temporales y incluso 1.364 siguen alojados en un hotel tres años después. Hasta la fecha, solo se han presentado 2.788 solicitudes de reconstrucción, lo que equivale a solo el 3,5% de las personas que realmente han sufrido daños en sus viviendas.
Sobre todo, uno de los problemas es la fuga de los más jóvenes, que deben asegurar un futuro a estos territorios cercanos a Lazio, Umbria, Marche y Abruzzo, que suman un total de 138 Municipios. Por otro lado, sin embargo, en Amatrice reabrió la escuela, donada por el CEO de FCA Sergio Marchionne antes de su desaparición, hace 13 meses: 40 niños de Accumoli también van a estudiar allá, en medio de mil dificultades. Pero con la esperanza de volver a la normalidad.
