Venezuela cada vez más en el caos y el presidente Nicolás Maduro cada vez más aislado. Hace una semana se celebraron en el país caribeño unas reñidas elecciones presidenciales, en las que se confirmó por segunda vez a Maduro, en el cargo desde 2013 y reelegido en 2018, ya entonces en medio de mil tensiones y con el candidato opositor, Juan Guaido, apoyado abiertamente por Estados Unidos en el entonces gobernado por Donald Trump, quien en enero de 2019 se proclamó presidente de Venezuela y fue reconocido como tal por parte de la comunidad internacional. Luego el intento de derrocar a Maduro fracasó y Guaidò tuvo que refugiarse primero en Colombia y luego en Estados Unidos. El patrón se repite hoy, con elecciones una vez más disputadas por muchos partidos y enfrentamientos muy violentos entre los manifestantes y las fuerzas del orden en Caracas y sus alrededores.
Maduro, que ahora teóricamente permanecerá en el cargo hasta 2031 y que ha llevado al país a una recesión sin fin, con una inflación fuera de control y una tasa de pobreza que ha obligado a emigrar a una cuarta parte de la población, casi 8 millones de personas, insiste en considerarse legítimamente elegido y usa el puño duro: las ONG denuncian decenas de muertos y el mismo gobierno, que justifica la represión como reacción a un intento de golpe de Estado, reclama 1.200 detenciones y anuncia mil más. También acabó en prisión un dirigente de un partido de oposición, Voluntariado Popular, mientras que la dirigente Corina Machado denunció un allanamiento de policías armados en la sede del partido.
En este clima de fuego, Guaidò es el candidato de la oposición Edmundo González Urrutia, indicó después de que Maduro bloqueara el camino de Corina Machado, quien había ganado las primarias de la oposición. González, según una estimación independiente de la Universidad de Michigan, ganó las elecciones de manera aplastante con el 66,7% de los votos, frente al 30,7% del presidente saliente Nicolás Maduro. Y por eso Estados Unidos, inicialmente cauteloso al respecto, rompió el retraso y reconoció oficialmente como presidente electo al exembajador de Venezuela en Argentina, de 74 años. La decisión fue comunicada directamente por el Secretario de Estado Antony blinken, quien luego esperaba “una transición pacífica que respete la voluntad de los votantes”. Washington apoyará el proceso de restablecimiento de la democracia en Venezuela, junto con sus socios internacionales". Por lo tanto, también esta vez, después del intento fallido con Guaidó, Estados Unidos quiso acompañar a Maduro hasta la puerta e inmediatamente obtuvo la aprobación de Argentina para Javier milei, que a su vez reconoció a González como presidente legítimo, como ya lo había hecho Perú.
Argentina, también por razones de ideología política, está entre los países más duros en la oposición a Maduro, pero toda el área latinoamericana sigue el asunto con preocupación y Brasil, Colombia y México, que teóricamente son aliados políticos del líder chavista, en A su vez exigió una verificación imparcial del voto. Incluso el presidente de la OEA (Organización de Estados Americanos), Luis Almagro, dijo que pedirá que Maduro sea encarcelado en la Corte Penal Internacional de La Haya. El presidente, por su parte, insiste en confirmar la validez de la votación y anunció, tras la cárcel, que trabajos forzados para los "guarimberos", es decir, los manifestantes.