Probablemente los primeros meses de 2020, marcados por la emergencia del coronavirus, verán fuertemente penalizada la exportación de alimentos made in Italy (especialmente a China), pero mientras tanto en 2019 trajimos a casa el mejor resultado de todos: nuestros productos agroalimentarios, incluido el vino que vivió un año extraordinario, fueron comprados y consumidos en mesas de todo el mundo, por un valor de 44,6 millones de euros, un buen 7% más en comparación con la buena nota del año anterior.
Los datos son oficiales, ya que surgen de los análisis definitivos de Istat, que también serán entregados por los expertos al primer ministro Giuseppe Conte y con el ministro de Relaciones Exteriores Luigi Di Maio para definir el plan de internacionalización delante deemergencia sanitaria en curso.
El excelente desempeño se registró neto de las tensiones comerciales internacionales y del odioso pero lamentablemente generalizado fenómeno del sondeo italiano: en 2020 el nuevo problema a abordar serán las especulaciones ya en marcha en algunos países, donde Certificaciones de salud sin sentido "libre de coronavirus" sobre mercancías de Lombardía y Véneto. En algunas zonas del planeta también ha habido cancelaciones de suministros de toda la península y la psicosis se extiende: esto requerirá una enérgica intervención del Gobierno y de Europa, para defender este virtuoso y preciado negocio.
Mientras tanto, sin embargo, los datos del año que terminó hace dos meses son emocionantes, especialmente los relacionados con el vino, el producto made in Italy más exportado de la historia: su facturación de exportación se ha estimado en 6,4 millones en conjunto, y supera la obtenida en el mercado doméstico. El principal mercado de salida para la comida y bebida italiana sigue siendo Europa (+3,6%), a donde se destinan casi dos tercios de las mercancías, siendo Alemania el socio número uno.
Solo en Berlín y sus alrededores, nuestro mercado vale unos buenos 7,2 millones, y vale otros 4,7 millones para EE. UU., a pesar de los aranceles de Donald Trump, que en 2020 afectarán (aranceles +25 %) Parmigiano Reggiano, Grana Padano, Gorgonzola , Provolone, Asiago, Fontina, pero también salami, mortadela, crustáceos, moluscos cítricos, jugos y licores como amargos y limoncello. Brexit, por otro lado, se hizo sentir: exportaciones estancadas al Reino Unido, históricamente un mercado muy importante.
Pero definitivamente soy más aterrador los efectos recesivos de la emergencia sanitaria del coronavirus, con restricciones de transporte para tratar de contener el contagio que también están reflexionando sobre la logística de mercancías con incertidumbres y retrasos que impactan en el comercio. También pesan los límites a los movimientos de ciudadanos que cambian hábitos de consumo especialmente fuera de casa con un fuerte freno a la demanda internacional.
Sin olvidar las decisiones tomadas por un número creciente de países, más recientemente Estados Unidos, que han provocó el colapso del turismo que para Italia siempre ha sido un elemento impulsor del Made in Italy agroalimentario en el extranjero para el cual el importante efecto promocional de eventos y ferias en Italia y en el extranjero.