Y así cayó el último bastión. El relevo de la web ya por todos conocido en detrimento del papel impreso, que ya ha visto como varios diarios internacionales (como La Tribune en Francia) cierran la edición impresa y la mayoría de los demás canalizan energía y recursos online (como el británico The Guardian), es ahora certificado por el premio más prestigioso del periodismo mundial, otorgado a un periodista de "teclado".
De hecho, el enviado de guerra estadounidense del Huffington Post ganó el Pulitzer 2012. para la serie de reportajes “Beyong the Battlefield”: una investigación de 8 meses sobre las condiciones de los veteranos de las guerras en Irak y Afganistán y las dificultades al regresar del frente.
El Huffington Post, rey de los blogs americanos, se confirma así como uno una realidad cada vez más importante en el mundo de la información, aunque no pertenezca al circuito editorial tradicional: aparece solo en la web y ofrece un producto alternativo e independiente en comparación con el a menudo amordazado de las grandes redes.
El Huffington, que pronto se lanzará en la versión italiana, también es un éxito financiero. Cuando se dice, la calidad (incluso a costa de verdades incómodas) vale la pena: nació en 2005 de un proyecto de Arianna Huffington con una inversión inicial de 1 millón de dólares, ahora vale cientos de veces eso y pasó a la historia como el blog más caro jamás comprado por una gran corporación. AOL, America On Line, ha puesto sobre la mesa la belleza de 315 millones de dólares para hacerse con este gigante independiente de la información, capaz de producir más de 25 millones de visitantes únicos al mes.
El triunfo de la web en el Premio Pulitzer se completaba entonces con el tercer escalón del podio, ocupado por el portal Politico.com (que nació como un diario de papel) gracias a caricaturas satíricas del dibujante Matt Wuerker.
Sin embargo, el adelantamiento de lo digital en papel no ha hecho más que reafirmarse: de hecho, pocos recuerdan que en 2011 el prestigioso galardón para el periodismo terminó por primera vez después de 94 años con un reportaje sobre el mundo de las finanzas llamado "La máquina de hacer dinero de Wall Street", nunca terminado en blanco y negro y publicado por el sitio sin fines de lucro ProPublica.