El Banco Central Europeo toma medidas esta mañana para la fase dos de la Revisión de Calidad de Activos del estado de salud de los bancos italianos. Son 240 inspectores, repartidos en 15 grupos de varias nacionalidades (los Equipos Mixtos de Supervisión), y tocarán las puertas de las 15 principales entidades de crédito de nuestro país, cinco de las cuales se preparan para una ampliación de capital por un total de unos siete mil millones de euros en las próximas semanas. Estos son Mps, Popolare di Milano, Banco Popolare, Carige y Popolare di Vicenza.
Los supervisores estarán formados por personal del Banco de Italia y del BCE, que colaborarán para realizar, en unos cuatro meses, un cupón de los estados financieros de las entidades destinadas a la supervisión única (130 en toda Europa, equivalente al 85% de activos continentales). El enfoque de los cheques de libros bancarios se refiere a la calidad de los activos, los niveles de cobertura de los préstamos difíciles, incluidos los in bonis, y la evaluación de las garantías colaterales.
Para Italia, la factura promete ser alta: de los 155 millones de euros de morosidad bruta, con una tasa de cobertura media de alrededor del 42 %, solo en las cuentas de 2013 se constituirán nuevas provisiones, que los analistas financieros estiman en unos diez mil millones.
Después de este paso, en mayo comenzará una nueva prueba de estrés de la EBA, que se referirá a la capacidad de absorber los riesgos soberanos. El camino culminará con el lanzamiento, el 4 de noviembre, de la nueva supervisión única europea que, sin embargo, seguirá contando con la acción del Banco de Italia, que recientemente ha reorganizado su estructura en esta perspectiva, y de las autoridades de supervisión de la otros Pueblos.