Nunca antes el riesgo de incumplimiento y la sombra de un rescate (es decir, rescate para accionistas, tenedores de bonos y titulares de cuentas) amenazaron a Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca con efectos depresivos en los precios bursátiles de la mayoría de las acciones bancarias.
Tras la ducha fría de la Antimonopolio europea sobre el plan de reestructuración, recapitalización y fusión de los bancos del Véneto y la petición de Bruselas de al menos otros mil millones en capital privado así como el apoyo del Tesoro para evitar infracciones de las ayudas de Estado, la ministra de Hacienda, Pier Carlo Padoan trató de tranquilizar al Nordeste, a la opinión pública ya los mercados excluyendo que los dos bancos terminarían en resolución y que se desencadenaría un bail-in para ambos o al menos para uno de ellos.
Sin embargo, para evitar realmente el bail-in, la alternativa es clara y, al mismo tiempo, muy complicada: o el Gobierno consigue convencer a la Comisión Europea, muchas veces en una órbita distinta a la del BCE, de que rebaje las exigencias de nuevo capital para los bancos venecianos o para Popolare di Vicenza y para Veneto Banca es necesario encontrar otros capitales privados, de los cuales no se ve ni la sombra tras la negativa de los principales bancos y el fondo Atlante a desmayarse.
Pero, si no se encontrara una solución rápidamente, los riesgos no solo para los dos bancos del Véneto y sus clientes, sino para todo el sistema financiero italiano serían muy altos. El semanario "Milano Finanza" ha calculado que, si el medio rescate de los 4 bancos que anteriormente terminaron en resolución, a saber, Banca Etruria, Banca delle Marche, Carife y Carichieti, le costó al sistema bancario alrededor de 30 mil millones en términos de financiación de bonos, el incumplimiento de Popolare di Vicenza y Veneto Banca impondría un riesgo de 80 mil millones en el sistema financiero italiano si tenemos en cuenta los efectos de la crisis general de confianza que afectaría a todos los bancos, así como el riesgo reputacional, el interbancario costo, las colocaciones de bonos y la contracción de depósitos, tasas y márgenes.
Al fin y al cabo, la apreciación registrada en los últimos días por los bonos senior de los dos bancos del Véneto es una señal preocupante que fotografía la fortísima incertidumbre que sigue pesando sobre los bancos y que, si no se desactiva rápidamente, seguirá proyecta sus sombras sobre el sistema bancario y financiero, sobre los mercados pero, en este punto, también sobre el sistema político a pocos meses de las nuevas elecciones generales.