Fueron cuatro horas en un clima de estadio, pero al final la asamblea de Banca Popolare di Vicenza aprobó por amplia mayoría y con la participación de 5.800 accionistas de 11.300 su transformación en una sociedad anónima, tal como prevé la reforma Renzi, la inevitable recapitalización de 1,75 millones de euros impuesta por el BCE y la solicitud de cotización en Bolsa.
Estos tres movimientos fueron parte integral de un paquete único recomendado tanto por el BCE como por el Banco de Italia como la única solución para salvar al banco, abrumado por la gestión indiferente de la era Zonin, sobre la cual finalmente cae el telón. Prudentemente, muchos de los directores, también en el cargo durante la era Zonin, no se presentaron a la cita porque los habrían abrumado con abucheos.
En la inauguración, el presidente Dolcetta leyó la carta del BCE que recomendaba la triple aprobación, salvo que auguraba un futuro preocupante como el de los 4 bancos que recientemente entraron en crisis y fueron salvados, no sin sacrificios de los accionistas, por el Gobierno. "Sin su sí -añadió el CEO Iorio- se abrirían escenarios que no quiero ni hipotetizar"
Tras muchas disputas y 123 solicitudes de intervención, la junta de accionistas aprobó las tres propuestas del BCE y ya puede respirar tranquilo aunque el camino siga cuesta arriba.