“Las salidas permitidas con un mínimo de 38 años de cotización y 62 años de edad o mediante la supresión de la indexación a la esperanza de vida de los requisitos mínimos de cotización para la jubilación anticipada (en todas las edades) dan lugar a una incremento del orden de los 100 millones en la deuda previsional destinado a pesar sobre las generaciones futuras y, ya en 2021, a un nuevo aumento, más allá de la famosa joroba, de alrededor de un punto del PIB en el gasto en pensiones".
Duras palabras pronunciadas hoy en el Parlamento por número uno del INPS, Tito Boeri. El mensaje es claro: la cuota del 100 que el Gobierno ha incluido en la Maniobra provocará un aumento de la deuda tan elevado como para poner "en riesgo el sistema de seguridad social".
“La labor del instituto para recaudar fondos de empresas y trabajadores para pagar las pensiones existentes -advirtió nuevamente Boeri- se vería muy debilitada si se introdujeran medidas de amnistía fiscal, que tienen el doble efecto de reducir los ingresos y aumentar los gastos. El riesgo entonces es el de socavar la solidez de nuestro sistema de pensiones".
Boeri se remite entonces a las declaraciones de algunos miembros del Gobierno según las cuales un aumento de las jubilaciones supondrá un aumento de la contratación de jóvenes en espera. Según el presidente del INPS, aunque se contrate uno por cada trabajador que se jubila, los niños y niñas no se beneficiarán de la cuota 100. De hecho, una enorme deuda de pensiones sería una carga para las nuevas generaciones. “Son pesados los sacrificios impuestos también a los jóvenes, sobre los que también pesa en el futuro el fuerte incremento de la deuda pensional. En efecto, aquí no podemos evitar lanzar -dijo- una señal de alarma sobre la decisión de incentivar más de 400.000 jubilaciones adicionales justo cuando las generaciones de baby boomers empiezan a jubilarse y el número de contribuyentes tiende a disminuir”.
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Según Boeri, "es una operación que aumenta el gasto previsional al mismo tiempo que reduce significativamente las cotizaciones a la seguridad social aunque realmente hubiera, como esperaba el Gobierno, una sustitución uno a uno entre los que salen y los que ingresan al Trabajo".
Como ya es tradición, las palabras de Boeri han desatado la dura reacción del gobierno. Después de Di Maio, hoy es el otro viceprimer ministro, Matteo Salvini, para pedir la renuncia del presidente del INPS: "Como italiano, invito al Dr. Boeri, que aún hoy defiende su querida ley Fornero, a renunciar a la presidencia del INPS y presentarse en las próximas elecciones pidiendo el voto para enviar a las personas a la jubilación a los 80 años. Cuanto más me piden algunos profesores que no toque la ley Fornero, más me convenzo de que el derecho a una pensión para cientos de miles de italianos (lo que significa el derecho al trabajo para cientos de miles de jóvenes) es uno de los mayores méritos de este gobierno", dijo Salvini.
Pero ante el choque abierto entre Salvini y Boeri habló el Presidente de la República, Sergio Mattarella, tanto para defender a las Autoridades independientes tras los ataques del Gobierno al Banco de Italia y la Upb en los últimos días, como para advertir al propio Gobierno: "el poder te puede emborrachar"