En los últimos días se ha producido otro ataque al ya precario equilibrio del sistema de pensiones. Mientras se lleva a cabo la negociación con el Gobierno de la llamada Fase Dos, las organizaciones sindicales -que negocian con el Gobierno y se preparan para impulsar iniciativas de movilización en apoyo a sus reivindicaciones- han recibido una sorpresiva e inesperada ayuda de dos importantes exponentes parlamentarios. , ex ministros, ahora presidentes de las Comisiones del Trabajo y, sobre todo, muy autoritarios, por su capacidad y experiencia.
Hablemos, para aquellos que aún no se han dado cuenta, de Cesare Damiano y Maurizio Sacconi. Los dos no se aman y probablemente ni siquiera se respetan. Como ministros siempre se han empeñado en cambiar las disposiciones que el otro había aprobado. Sin embargo sucede lo impredecible, solía decir Margaret Thatcher. Así los hermanos-cuchillos de la política laboral un día dejaron boquiabiertos a todos, emitiendo un comunicado conjunto con la misma “distinción” que caracterizó los actos finales de las reuniones EE.UU.-URSS durante la “Guerra Fría”. Leamos juntos esta obra maestra de la diplomacia, definida por los dos presidentes y titulada: "Llamado a una edad de jubilación más gradual".
“Aunque partiendo de diferentes enfoques sobre la estructura del sistema de seguridad social -escriben- compartimos la necesidad de un aplazamiento estructural del ajuste de la edad de jubilación a la esperanza de vida, que de otro modo la llevaría a 67 años a partir de 2019, en menos en términos tales como introducir una mayor gradualidad. La maniobra Fornero no preveía en realidad una transición real por la que las personas que ya estaban próximas a la edad de jubilación en el momento de su aprobación tuvieran su edad laboral ampliada hasta los seis años. Más allá de la posibilidad de anticipos 'sociales' u onerosos –continúa la nota–, el sistema italiano ya se caracteriza por la primacía global de la edad de jubilación. Sin perjuicio de los objetivos de sostenibilidad a largo plazo, un poco de sentido común ayudaría a la sociedad a recuperar la confianza en el sistema de seguridad social, empezando por los jóvenes. En este sentido, hacemos un llamamiento a los compañeros de todos los grupos parlamentarios así como al Gobierno y en los próximos días convocaremos una rueda de prensa para ilustrar las razones y contenidos de nuestra iniciativa”.
Como se anunció, el encuentro con los periodistas se llevó a cabo, aún con una buena respuesta de los medios, que siempre están dispuestos a respaldar las razones atribuidas a los jubilados, considerados de jure la parte pobre del país, aunque los datos oficiales lo niegan sensacionalmente. este lugar común.
Sobre todo porque -con respecto a una supuesta transición fallida- se han puesto en marcha ocho salvaguardias (por un coste de 11,7 millones cuando estén en pleno funcionamiento) con el fin de garantizar el mantenimiento de las antiguas normas para un número inagotable de solicitantes. La octava intervención opera esencialmente a través del aumento de los contingentes de categorías ya sujetas a anteriores salvaguardias, mediante la ampliación del plazo (de 36 a 84 meses siguientes a la entrada en vigor de la reforma previsional) dentro del cual los sujetos deberán devengar los antiguos requisitos . La salvaguardia tiene por objeto garantizar el acceso al tratamiento de la seguridad social con los antiguos requisitos a un máximo de 27.700 sujetos más, con lo que el límite numérico de los sujetos salvaguardados asciende a un total de algo más de 200.000 beneficiarios.
La octava salvaguardia pretendía concluir definitivamente el proceso de transición hacia los nuevos requisitos establecidos por la reforma de pensiones de 2011, ordenando la supresión de los denominados. Fondo de cesantía establecido en 2012 y la consiguiente utilización de los recursos residuales contenidos en él para ayudar a financiar las intervenciones previsionales previstas por la ley de presupuesto (pero las bandas de cesantía ya están en movimiento para obtener una novena, con el apoyo de los sindicatos) . La Oficina Parlamentaria de Presupuesto (UPB) ha advertido, en un dossier reciente, contra el forzamiento que se está haciendo en materia de pensiones. En particular, la Upb señala que, con la octava salvaguarda para expatriados, la lógica y el objeto de la medida han cambiado.
“Más allá de los detalles funcionales, surge una consideración de carácter general”, recuerda la Upb. “Hasta ahora, las excepciones a la reforma 'Fornero' han estado todas amparadas por salvaguardas anuales o infraanuales, dirigidas exclusivamente al pasado, es decir, a colectivos de trabajadores que, a diferencia del resto de requisitos, en 2011 compartían todos ellos suficiente proximidad a la jubilación. De salvaguardia en salvaguarda, este requisito común se ha ido ampliando, y la octava salvaguardia ha pasado a incluir a quienes, con la antigua normativa, hubieran visto comenzar su pensión dentro de los 7 años siguientes a la entrada en vigor de la reforma 'Fornero' (6 de enero 2019)”.
Huelga recordar que el vínculo automático con la esperanza de vida no fue introducido por la reforma Fornero, sino que es fruto de la acción del gobierno de centroderecha y de dos ministros de la época: Giulio Tremonti y... el propio Maurizio Sacconi que pide ahora "un aplazamiento estructural" de la aplicación automática de la vinculación a la esperanza de vida que llevaría la edad exigida a los 67 años a partir de 2019. En este sentido cabe recordar que el nuevo "paso" no es hijo de culpabilidad o un capricho del destino, sino la consecuencia de una disposición legal que, en la primera aplicación, limitó, en 2013, la elevación del requisito a tres meses; posteriormente, se agregaron los 4 meses en 2016.
La táctica empleada por Damiano y Sacconi ya ha sido probada en otras ocasiones (aunque aseguran que solo les interesa una cinta exprés y no superar el gancho). Como de costumbre, comienza con un aplazamiento y termina con la abolición de una regla considerada inconveniente. Tanto fue así con la norma que preveía una leve sanción económica en caso de jubilación anticipada antes de los 62 años, llegando incluso a devolver los bienes sustraídos a los pocos trabajadores a los que se había aplicado la norma; lo que con la armonización de la contribución - con la de los empleados - para los miembros de la dirección separada.
No es casualidad que el presidente Tito Boeri, en una entrevista lúcida, honesta y valiente, concedida a Davide Colombo en Il Sole 24 Ore, destaque el riesgo de que incluso pueda comenzar una deconstrucción retroactiva: "Pensamos - dice el presidente - a la generaciones que han vivido estos ajustes (...)" o "tomaron la opción femenina ante la expectativa de que habría un aumento en los requisitos de 2019 y sufrieron una sanción". Es plausible, según Boeri, que ante una situación cambiante, estos sujetos se organizarían para obtener una compensación. Y encontrarían ''un mercado político dispuesto a acoger sus protestas, un mercado en el que operan desde hace años los mismos protagonistas que hoy piden el bloqueo de los ajustes automáticos''.
En la entrevista, Boeri ayuda a desmentir varias "leyendas urbanas" que circulan en materia de pensiones. El primero se refiere al hombre del saco de 67 años, como si todos los italianos estuvieran obligados a jubilarse no antes de esa edad. Para sostener tal tesis, sería necesario al menos encontrar un italiano o una mujer italiana que, en los últimos años, se haya jubilado realmente a los 67 años de edad o algo así. Evidentemente, lo nuestro es una paradoja, pero tiene un fundamento de verdad si no miramos la edad legal sino la efectiva al inicio de la jubilación, que según Boeri -que cita una cifra de 2014- es de 62 años. Por tanto, es mentira decir que los nuestros son los requisitos más estrictos de Europa, porque si miras la edad a la que realmente se jubila la gente, estamos por debajo de la media europea y de los 64 años de Alemania.
Si se desea, es posible -gracias a los datos de la Coordinación Actuarial del INPS- conocer la edad media efectiva referida a los flujos de prestaciones de vejez entregados en 2016, respecto de los principales regímenes privados de trabajadores por cuenta ajena y por cuenta propia : la edad media a la era igual a 66 años (66,8 hombres y 65,1 mujeres). Los datos cambian por algunos puntos decimales en los dos primeros meses del año en curso. Cabe recordar que, en el caso de la vejez, tiene un gran impacto la equiparación de géneros, ya iniciada por el último gobierno de Berlusconi y acelerada por la ley de 2011. Tanto es así que, en comparación con entonces, la edad media en el inicio para los hombres ha crecido en 0,9 años, mientras que para las mujeres fue de 3,7 años.
La tendencia de las pensiones de jubilación anticipada es diferente. Desde 2012 (cuando entró en vigor la reforma "maldita" de Fornero) hasta febrero de este año se pagaron más de 600 pensiones anticipadas, contra 450 de vejez. ¿Y a qué edad promedio cruzó por adelantado el codiciado umbral? en 2016 a los 60,7 años (cifra global de hombres y mujeres de todas las direcciones consideradas: 61,1 para los primeros y 59,8 para los segundos); dos decimales más en los primeros meses de 2017. Aún más reducidos (y por tanto generosos) son los datos sobre la edad efectiva de jubilación en el fondo de pensiones de los empleados.
He aquí, entonces, el mayor lastre que supondría el bloqueo: 141 millones más de gasto de aquí a 2035 (y un aumento de 200 pensiones al año) que se sumarían a los efectos políticos determinados por el “desmontaje de una reforma (…) .) que hemos 'vendido' en todo el mundo como sostenible porque se basa en ajustes automáticos a la longevidad”: automatismos que, entre otras cosas, sustraen la materia al arbitrio de la política.
También es de gran interés señalar que Boeri está repensando otro cliché que ha estado en el debate durante mucho tiempo: ¿el aumento de la edad de jubilación le ha quitado espacio al empleo juvenil? “El parón a las nuevas contrataciones –señala Boeri en referencia a la coyuntura en la que se puso en marcha la reforma en 2011– era inevitable (…) ahora la demanda de mano de obra crece más que toda la economía. Entonces no se puede hacer una comparación entre los dos momentos -concluye- estamos a años luz de distancia”. Bienvenido de nuevo entre nosotros, Tito.